La mayoría de los productores de alimentos afirma que, por ahora, la suba del dólar frente al peso no impactará prácticamente en los precios al consumidor. La Sociedad Rural Argentina, en cambio, advirtió que la depreciación de la moneda local traerá más inflación, en coincidencia con el parecer de economistas como Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central, y Orlando Ferreres, ex viceministro de Economía.
El presidente de la Rural, Luciano Miguens, dijo a Radio Continental que "evidentemente el precio del dólar influye sobre los precios internos". Sin embargo, destacó que "el impacto sobre la carne estaría limitado por las restricciones que existen hoy para la exportación [se puede enviar al exterior el 50% de lo vendido en 2005]; en estos momentos, en la formación del precio de la carne inciden más factores internos, como el alto consumo, que externos, como son los precios internacionales". Agregó que "primero hay que ver si este aumento del dólar es circunstancial o no", pero "todo hace indicar que será algo pasajero".
"No aumentará la carne, desde ningún punto de vista", opinó el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes, Miguel Schiaritti. "Hay oferta suficiente por las heladas que achicaron los campos y la venta está bastante tranquila porque es fin de mes y por las vacaciones de invierno. Los mayores precios que se pueden conseguir afuera por la devaluación no se pueden aprovechar porque la exportación está restringida. El precio interno varía según la demanda interna", argumentó.
Además, el Gobierno creó en enero pasado subsidios para que no se encarecieran los alimentos básicos en el mercado interno. La subvención se financia con un aumento en las retenciones a la exportación de soja. Los engordadores de hacienda a corral ( feedlots ) reciben compensaciones si el maíz y la soja superan el precio de referencia establecido oficialmente.
En el sector lácteo, el vocero de Mastellone (La Serenísima), Eduardo Arenasa, dijo que la devaluación "en el corto plazo no tendrá impacto" en los precios. "Si subiesen insumos, como la tinta de los envases, por un dólar a 3,20 pesos, la leche no aumentaría. Si el dólar se va a 3,50, sí", expresó Arenasa. Reconoció que los tamberos podrían sufrir una suba de costos -las vacas lecheras se alimentan con pasturas y con complementos de maíz-, pero la pérdida sería compensada por los subsidios.
Otras fuentes del sector lácteo, que prefirieron guardar el anonimato, admitieron que pueden subir los costos, aunque es prematuro afirmarlo. En caso de que se encarezcan, los tamberos presionarán para que se agilice más el pago de subvenciones.
El precio del pollo no se elevará, según el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, Roberto Domenech. "Sólo se importan vitaminas y minerales, lo que representa el 3 por ciento de los costos de producción. La soja y el maíz, en cambio, son el 38% del precio del pollo sin vísceras, pero si aumentan por encima de los precios de referencia, recibimos compensaciones. Lo único que se crea es un problema financiero porque el subsidio se cobra 30 o 50 días después", sostuvo.
