Hay muchos casos de pequeñas empresas o frigoríficos que no disponen de grupos electrógenos para generar su propia energía.
Tal como sucede en la industria láctea, los ganaderos también tienen serias complicaciones, ya que hay muchos casos de pequeñas empresas o frigoríficos que no disponen de grupos electrógenos para generar su propia energía.
En Argentina, cada día parece escribirse un nuevo capítulo respecto de la crisis energética, ya reconocida, por lo menos en voz baja, hasta por el propio Gobierno de Néstor Kirchner, más allá de que no exista, aún, ninguna campaña oficial para que la población ahorre a la hora de consumir energía.
En cuanto a la situación específicamente del ámbito productivo, en las últimas horas se conocieron consideraciones respecto de cómo incidirá la escasez de electricidad y combustibles en las cadenas productivas láctea y cárnica en las próximas semanas.
Las proyecciones no son las mejores: mientras que las industrias lácteas más importantes del país sudamericano no descartan que los sobrecostos originados por la falta de energía se trasladen a los tamberos si las restricciones energéticas perduran por varias semanas más. Los frigoríficos tienen una idea similar en cuanto ala posibilidad de cobrar esos costos a otros eslabones de la cadena de producción de carnes.
"Estamos muy preocupados porque vemos que esta crisis nos está generando gastos que por ahora los podemos afrontar; pero si esto sigue así no sé que pasará", admitió un directivo de una empresa láctea de la Provincia de Santa Fe, principal cuenca lechera de Argentina.
Es que, desde hace tres semanas, las industrias lecheras están obligadas a generar su propia energía (o, en el peor de los casos, cerrar el establecimiento) de 16 a 00 horas, por las restricciones implementadas por la Casa Rosada. Los sobrecostos energéticos que esta situación genera están calculados en un 60%.
"No me extrañaría que el Gobierno extienda el horario de restricciones. Si lo hace, el mercado tendrá que pagar las subas ocasionadas", afirmó, por otro lado, un empresario cárnico, que también prevé el mismo panorama negativo para su sector.
En rigor, el eslabón de los frigoríficos advierte que, de perdurar unas semanas más esta situación, los sobrecostos también comenzarían a trasladarse a otros integrantes de la cadena, como ser los productores ganaderos, y, como último recurso, aunque no imposible, los consumidores finales.
