Entrevista: “Cuando la UE prohíba producir cerdos, Argentina debe estar preparada para exportar”

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escrito por Redacción Infopork

En el marco del escenario tenso actual entre el Gobierno argentino y casi todos los actores del ámbito agroganadero, existe un sector que, en los últimos meses, viene sosteniendo un diálogo cordial con la Administración central: el de los productores porcinos.

Juan Uccelli, titular de la Asociación Argentina de Productores Porcinos, conversó con ADNMundo.com y explicó las razones de un crecimiento del 20% anual y las estrategias que tienen para insertarse en uno de los mercados internacionales cárnicos más importantes del mundo.

¿Cuál es la situación actual general del sector porcino en Argentina?

El primer enfoque que hay del mercado argentino es que se ha producido un cambio muy importante en el último año y medio, debido al aumento fuerte del consumo de la carne fresca.

Argentina era un gran consumidor de carne de cerdo, pero a través de chacinados (fiambres): en un momento se llegó a consumir 8 kilogramos por persona por año, de los cuales 7 eran chacinados y 1 de carne fresca.

Pero debido a dos campañas, una que lanzó nuestra asociación y otra que lleva adelante el Gobierno, en las que promueve el consumo de carne de cerdo, sumado a la situación que se vive con el precio de la carne vacuna, empezó a consumirse más carne fresca, por lo que pasamos de 3 kilos de consumo de carne fresca del año pasado a 5 kilos en la actualidad.

Estamos hablando de un aumento muy importante en sólo medio año, que ha provocado una estabilidad en los precios del cerdo, por primera vez “tirados” por la carne fresca y no por el fiambre.

Esto, claro, ha cambiado la situación de la demanda del mercado, que viene creciendo a una tasa del 20% acumulativa. Este año ya hay una base del 14 o 15 por ciento y se prevé que eso se mantendrá hasta fin de año. Es el sector que más ha crecido en el sector agropecuario argentino en los últimos cinco años.

Nosotros hoy estamos duplicando la faena de 2002, y llegando a la faena de cerdos más alta en la historia argentina. El año pasado faenamos 3 millones de cabezas y el récord era del año 1944, con 3.200.000. Este año vamos a andar en casi 3.500.000.

¿Cuál es la comparación con otros países en los índices de consumo de carne porcina?

En el mundo, la carne de cerdo es la que más se consume. Globalmente se consumen 15 kilos por habitante por año. En Argentina este año se redondearán los 8 kilos, de los cuales 5 son frescos y 3 a través de chacinados. Brasil está en 12 kg. (5 fresco y 7 chacinados), Chile está en 22 kg., de los cuales el 90% es fresco. En Europa se encuentran niveles superiores a los 50 kg., como España que está en 75 kg. y que es el principal consumidor del mundo (la mitad es fresco y la otra es chacinados), y Dinamarca está en 73 kg., con un 90% fresco y el resto fiambre. China, con el volumen de población que tiene, está en 35 kg.

La tendencia del mundo es que se consumen 100 millones de toneladas de carne de cerdo por año y, por habitante, la tendencia es un aumento de entre el 3 y el 4% anual, independientemente de la población.

O sea que hay un mercado para abastecer de 3 millones de toneladas todos los años. Argentina va a producir este año 300 mil toneladas, o sea que se necesitarían 10 producciones argentinas para abastecer sólo el crecimiento del consumo en el mundo.

Es un tema interesante para Argentina, ya que hay muchos países que no pueden crecer, y al contrario, que están decreciendo en su producción de cerdo porque no tienen donde depositar la bosta. Argentina es un país que está en pañales en cuanto a eso: tenemos la tecnología que tiene Europa para el tratamiento del estiércol pero tenemos espacio para usarlo de una forma que no se dañe el medio ambiente y como fertilizante, o sea, todavía podemos utilizar la parte de fertilizante que Europa ya no va a poder utilizar.

¿Cuáles son las gestiones que el sector lleva adelante para motorizar las exportaciones?

Para hablar de las exportaciones es necesario hacer un poco de historia: esta cámara se fundó en 1922 y en los primeros libros de actas consta que el 80% de la producción de cerdo se exportaba a Inglaterra. Argentina era un productor de cerdo para exportación.

Fue cambiando la historia, aparecieron enfermedades, se cerraron mercados, y llegamos a la década del ’90 con todos los mercados cerrados, sin poder exportar e importando. Pero ahora este crecimiento que mencioné nos encuentra con una idea fija, que es recuperar participación en el mercado del exterior, para lo cual hay que abrir mercados (que es lo que se ha hecho en el último año), tener producto, que lo tenemos, y tener las instalaciones como para conseguir las habilitaciones correspondientes, que es en lo que Argentina está en deuda.

Nuestro país se ha desconectado del mundo en los últimos 15 años, entonces volver a él implica adecuarse a las condiciones de plantas que necesita el mundo. Los criaderos están, la genética está, los cerdos están, pero lo que no está son los frigoríficos.

Entonces en eso se está trabajando, para empezar con mercados no muy ambiciosos: hoy no podemos exportar a la Unión Europea, ni creo que en los próximos 10 años podamos hacerlo, pero sí tenemos como para exportar a países de África, al Sudeste Asiático, Rusia, etc.

¿Esos son mercados que están en tratativas o están abiertos?

Ya están abiertos. También hay abiertos países de la ex- Unión Soviética, se abrió hace muy poco -por gestiones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)- Sudáfrica, que es interesante. Y estamos trabajando con países del sudeste asiático.

En la medida que empecemos a trabajar en el comercio exterior vamos a ir sumando más experiencia para que, cuando dentro de 5 o 10 años, cuando la Comunidad Económica Europea prohíba casi definitivamente producir cerdos, estemos en condiciones de abastecerla.

¿Esa prohibición va a suceder realmente en tan corto plazo?

Yo creo que sí, porque no tienen más lugar, y ellos prefieren seguir dando subsidios, pero subsidios que no contaminen. No hay dónde colocar cerdos en todo lo que es la gran zona productora, que es Dinamarca, Holanda, Alemania. El único que creció hasta hace 2 años fue España, y se mantiene estable, pero ese país está dentro de la UE y va a tener las mismas trabas que tendrán las otras naciones.

Se quedarán con cerdos, pero con animales que estarán vinculados más con la tradición de la granja que con una cuestión productiva. Sumado a eso, competir con países que tienen costos de producción bajísimos, como Argentina y Brasil, y que encima tienen volumen, va a ser casi imposible para los europeos. Les va a convenir comprar la carne acá en vez de producirla ellos.

¿De qué diferencia de costos estamos hablando?

El costo para producir en Argentina está entre 0,45 y 0,50 euros el kg., mientras que en Europa el costo de producción está en € 1,15 el kg. O sea que estamos por debajo del 50% del costo. Por eso, por más trabas y condiciones que impongan, llegará un momento en el que todo eso se va a romper. Y cuando pase, Argentina tiene que estar preparada para exportar a la Unión Europea.

En el escenario de una Argentina exportadora de carne de cerdo, ¿cuáles serían sus principales competidores?

Los competidores directos de una Argentina exportando son Brasil y Chile, en ése orden de importancia. Esos países ya están exportando. Brasil por cantidad, volumen y bajo precio, mientras que Chile lo hace por calidad y alto precio. O sea que son dos parámetros distintos.

Creo que Argentina va a ocupar un lugar en el medio, ya que no sé si vamos a llegar a la sofisticación y calidad que maneja Chile, pero sí vamos a estar separados del nivel de bajo precio que tiene Brasil. Podremos vender un producto que sea de buen nivel, con buenas condiciones y a un precio adecuado, ni caro como el chileno, pero tampoco barato como el brasileño.

En este momento de tensión entre el Gobierno argentino y algunos de los sectores del campo, como los ganaderos, ¿cuál es el tipo de relación que tienen los productores porcinos con la Administración nacional?

Pienso que, dentro de los agronegocios, hay dos sectores que no tienen conflicto con el Gobierno, que son los productores avícolas y nosotros. Son los dos sectores que, más allá de esperar algo, fueron a ofrecer. Cuando nosotros lanzamos nuestra campaña de promoción de forma privada, con aportes nuestros, el Gobierno vio que estábamos haciendo algo, y también vio a la carne porcina como opción frente al consumo de carne vacuna, y entonces decidió acompañarnos. Ellos nos ven como un sector estratégico dentro del problema vacuno.

Pero lamentablemente no todos los dirigentes del sector privado de la carne vacuna ven al cerdo como una opción, porque sino se darían cuenta que si se aumentara cada kilo que se come de cerdo en el mercado local, exportaríamos un kilo más de carne vacuna. Me parece que en la medida que eso se reenfoque va a ser un beneficio para todos.

Volviendo al Gobierno, lo cierto es que éste es el que abre los mercados, a través del SENASA y la Cancillería, y la verdad es que están trabajando de una forma impecable. El resultado es más que interesante, sobre todo se tiene en cuenta la línea que persigue el SENASA, que parece que volvió a la idea de que Argentina es un exportador de alimentos.

¿Continúa el conflicto entre productores porcinos y de chacinados? ¿Los chacinadores continúan importando materias primas? Hasta hace unos meses, ellos decían que en el país no hay suficientes animales.

Sí, siguen importando. Pero creo que está demostrado que había animales suficientes: si uno tiene un aumento del 20% anual, pero a la vez tiene un consumo estable en cuanto a fiambres en los últimos tres años, cualquiera se daría cuenta que es necesario un cambio. Si hubieran faltado cerdos, como ellos decían, no hubiéramos podido duplicar la faena, o sea la oferta de carne que nosotros le damos al sector, en los últimos cinco años.

La realidad es que las importaciones se usaban acá como una medida exclusiva para el manejo de precios locales, porque al traer carne de afuera, decidían no comprar localmente. Y lo peor que hay para un productor es no vender, ya que no es como el caso del vacuno, que se lo puede esperar para ver qué pasa con el mercado. Cuando un cerdo está listo, hay que sacarlo, porque la cadena argentina tiene buenas instalaciones, pero tiene límites de capacidad. Además, se genera también un aumento en los costos de producción. Es similar a lo que ocurre con la producción avícola.

Esta gente, al importar cerdos, frenaba el mercado local, armaba una psicosis tal que generaba una caída brusca de precios. Ellos compraban más caro afuera, algo que en los últimos años no se llegaba a entender porqué, sólo para mantener el mercado local bajo.

Lo que ha pasado en los últimos meses es que tomó más protagonismo una parte del sector, la gente que faena y desposta, que era proveedora de los chacinadores, pero que también era afectada por las importaciones.

Este eslabón de la cadena comenzó a destinar parte de lo que les venía a ellos al mercado de carne fresca, en el marco de lo que comentaba anteriormente, con las campañas pro-consumo de carne fresca y el alto precio de la vacuna.

Lo que pasa ahora con los chacinadores es que no pueden bajar el precio porque el mercado tiene una opción distinta al que antes era el tradicional, el chacinador. Cuando se consumían 7 kg. anuales de chacinados y sólo uno de fresca, ellos tomaban las decisiones. Pero hoy, que la tendencia es al revés, ellos bajaron sus intenciones, y a pesar de importar, no pueden manejar el precio.

¿Cuáles son las perspectivas de producción que tiene para el mediano plazo? Usted menciona la similitud que su sector tiene con el avícola, y en Argentina, los productores de pollos se caracterizan por presentar proyectos que luego cumplen y hasta superan. ¿Ustedes tienen un sistema de trabajo similar?

Nosotros copiamos mucho el sistema avícola argentino, porque hoy la producción porcina no tiene nada que ver con la ganadería tradicional, mientras que es casi igual a la avicultura, porque es una producción netamente intensiva, y porque en el mundo, los negocios avícolas y porcinos están juntos. Aquí están separados, por ahora, aunque empieza a haber ciertas relaciones que en algún momento van a terminar en convivencia directa entre un sector y el otro.

La relación se da primero porque la mentalidad para trabajar intensivamente sirve tanto para uno como para el otro, y también porque cuando se arma un canal de distribución de pollos, sumarle a ése mismo canal la carne de cerdo no cuesta nada.

Pero más allá de eso, nosotros pensamos que vamos a tener un crecimiento base de 10%, lógico del 20% y optimista del 30 al 35% anual. Argentina tiene una capacidad de crecimiento de hasta el 50% anual, por lo que si se dieran todas las condiciones, si los productores entendieran, y si se hicieran las inversiones necesarias, se crecería a esa tasa.

Nosotros apostamos a un 20%, que es lo que recogimos en los últimos años, y eso va a generar un volumen que permitirá abastecer al mercado local, desarrollando el consumo de carne fresca y también de chacinados, y exportar.

Para la exportación se necesita cierto volumen y el cerdo se maneja mucho despostado, no se habla de media res como el vacuno, por lo que muchas veces los cortes que no se consumen acá pueden exportarse tranquilamente. Todo es volumen.

El mercado local estará abastecido, y será cuidado como prioritario, pero también se empezará a participar del mercado exterior. Repito: hay que imitar a la avicultura, que es el único sector estratégico que exporta y que cuida el mercado local.

La postura nuestra, entonces, es llegar a los 6.500.000 millones de cabezas, o sea, esperamos un 100% de crecimiento más, que no necesariamente debe ser en 5 años más, ya que se puede dar en 2 o en 3, según el volumen de inversiones.
 

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