Unió de Pagesos propone al sector del lechón una contención en la producción para estabilizar el mercado y superar el momento de crisis que se está viviendo. “En momentos difíciles nosotros también tenemos que actuar, y no pasa nada por contener la producción entre un 5 y un 10 por ciento”, expresó ayer el responsable del sector porcino de la organización agraria, Josep Puigpelat.
“Con esta actuación queremos quitar presión sobre el mercado del cereal y mejorar nuestra situación”, dijo Puigpelat.
La escasez de stocks de cereal en Europa ha encarecido el pienso y, por lo tanto, los costes de producción de los ganaderos, quienes denuncian que por la venta de cada lechón perciben menos de la mitad de lo que les ha costado producirlo.
“Estamos en un momento en que el precio del lechón en Mercolleida es de 16,5 euros”, aseguró el responsable nacional del sector porcino de UP, Rossend Saltiveri, quien manifestó que este precio “nos pone en una situación insostenible para la gente que nos dedicamos a esta actividad”.
Además, el sindicato denunció y criticó la posición “prepotente” de las grandes empresas integradoras que en lugar de comprar los lechones de los productores catalanes prefieren comprar los lechones de Holanda que se venden al doble de precio.
Ante la difícil situación por la que atraviesa el sector ganadero en general, y en concreto los productores de lechón, Unió de Pagesos exige “un cambio en la Política Agraria europea, así como un incremento de la producción de cereales y unos precios justos para los productores”.
“En siete o ocho meses han subido los costes del cereal en un 50 por ciento, una subida que trastorna a cualquiera”, expresó Puigpelat, quien explicaba que hace un año se hablaba de un exceso de cereal en Europa. No obstante, entre la creciente demanda de biocarburantes y una cosecha floja por las inclemencias climatológicas, la realidad actual es que el sobre stock del que tanto se hablaba se ha desvanecido.
Para paliar esta falta de materias primas, el sindicato pide que se permita volver a utilizar las harinas de carne, es decir, los desechos de los mataderos que se prohibieron tras la crisis de las vacas locas. A esta solución, también le añaden incrementar los precios del producto final que llega a los consumidores.
UP informó de que la difícil situación que se está viviendo lleva a los ganaderos más veteranos a pensar en el abandono de sus explotaciones, por lo que piden a la Administración que ayude al cese anticipado de estas granjas para que los payeses que las ostentan puedan jubilarse “dignamente”.
