Pleuroneumonía infecciosa porcina: manifestaciones clínicas y control

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escrito por Redacción Infopork

Gustavo C Zielinski Med Vet PhD.

EEA Marcos Juárez. INTA

 

            La pleuroneumonía infecciosa porcina (PIP) producida por Actinobacillus pleuropneumoniae (App) es
una entidad que se propagó entre las explotaciones porcinas a fines de la
década del ´70. En la actualidad la infección es endémica en todas las granjas
convencionales, solo estando libres las de alto nivel de salud bajo estrictas
medidas de bioseguridad que la erradicaron, o las granjas nuevas con alta
tecnología que fueron pobladas con genética garantizadamente libre del
patógeno. Desde los ´90 la presentación de la enfermedad fue evolucionando
conforme a la evolución de los sistemas productivos y también de las líneas
genéticas, que comenzaron a proveer reproductores libres de App o portadores de
serotipos de baja patogenicidad.

            Hoy existen fundamentalmente dos tipos de presentaciones
de PIP: los focos agudos que
presentan animales con curso clínico desde hiperagudo a agudo y los focos subagudos a crónicos que
presentan animales con curso clínico desde agudo a crónico.

            Los focos agudos
son característicos de los invernaderos,
de los sistemas extensivos de ciclo completo, 
e intensivos con malas instalaciones y/o manejo desorganizado
debido
a que generalmente se mezclan animales de distintos orígenes y otros factores.
En los engordaderos, al juntarse animales portadores de distintos serotipos de
App y portadores de serotipo 1 altamente patogénico, mas el stress que acarrea
la socialización, mas las instalaciones que suelen no ser ideales, más otros
eventos (atmosféricos, etc.), generan un cocktail de determinantes que
frecuentemente producen un foco de enfermedad con alta morbilidad y letalidad.
Son conocidos los síntomas del curso peragudo a agudo: anorexia, hipertermia,
distress respiratorio y muerte. En los sistemas extensivos de ciclo completo,
puede suceder un proceso similar, al incorporar el productor algún lote de cachorros
para engordar, o incorporar reproductores portadores de serotipos virulentos
sin cuarentenar, o simplemente por estar infectada la granja con serotipos
virulentos y desencadenarse fenómenos atmosféricos en forma súbita (cambios bruscos
de temperatura, temporales de lluvia, etc.).

            Los focos subagudos
a crónicos
son más frecuentemente detectados
en las granjas intensivas con distintas formas de manejo
. Casi todas las
granjas intensivas, confinadas, desde aquellas con alto nivel tecnológico hasta
las de menor nivel, esporádicamente presentan alguna mortalidad o
sintomatología compatible con PIP. Esta es fruto de la activación de la
infección endémica por App debido a algún factor desencadenante (cambio de
temperatura, cambio nutricional, traslado, etc.) que disminuye el nivel de protección
inmune que seguramente poseen los animales contra los serotipos endémicos de la
granja. Generalmente se produce algún cuadro respiratorio en desarrollo o
terminación, dependiendo el momento del ciclo en el cual los animales se
infectan, fundamentalmente, del tipo de manejo del flujo productivo. En
sistemas bien organizados de producción en bandas, generalmente se presenta en
el engorde tardío; por lo contrario, en sistemas menos organizados con alto porcentaje
de cachorras y mezcla de edades en recría y desarrollo, tiende a presentarse
más tempranamente y extenderse hasta finalizar la terminación, presentando
picos de enfermedad coincidentes con eventos desfavorables (climáticos,
nutricionales, etc.). Entre la sintomatología más comúnmente observada se
presenta tos, respiración de contragolpe, anorexia, con una mínima a moderada
mortalidad de animales.

            Para el control de
la enfermedad existen una serie de medidas a tomar, desde terapéuticas en base a antibióticos, preventivas en base a manejo y
profilácticas en base a vacunas
, que pueden utilizarse en forma conjunta o
alternada, según sea el tipo de explotación y el tipo de presentación clínica
de la enfermedad.

            Obviamente cuando se detecta un pico de síntomas
compatibles con PIP y eventualmente mortalidad con lesiones macroscópicas
compatibles, debe instituirse una terapia
en base a antibióticos inyectables a la totalidad del lote atacado,
al
mismo tiempo que se remitirán muestras de pulmón al laboratorio para
aislamiento bacteriano y prueba de sensibilidad antibiótica. App normalmente es
sensible a muchas drogas, pero también puede generar resistencia a las mismas
si se usan en forma continuada en granjas con focos recurrentes, frutos de la
infección endémica. Entre las drogas de elección se encuentran: ceftiofur, amoxicilina,
florfenicol, tilmicosina, tulatromicina. App es moderadamente sensible a la
oxitetraciclina y fluoroquinolónicos, mientras que es uniformemente resistente
a la lincomicina y tilosina. La estrategia terapéutica variará según el tipo de
explotación y la presentación de los cuadros clínicos. En invernaderos deberá administrarse según necesidad, vía inyectable y
en forma contínua en ración o agua durante el foco de mortalidad, y en ración o
agua en forma pulsátil luego que la mortalidad se frenó. En granjas endémicas se recomienda realizar
un perfil serológico a fin de verificar el tiempo en que se produce la
infección de la línea, administrando la droga en forma pulsátil alrededor de la
fecha, a fin de bajar la presión de infección, intentando evitar el quiebre de la
inmunidad poblacional. En caso de producirse focos, se medicará de la misma
forma que en el caso anterior.

            Las medidas
preventivas
que deberán adoptarse en granjas infectadas endémicamente con
baja morbilidad tienden a aumentar la inmunidad poblacional y evitar que
existan quiebres de ésta, que eventualmente produzcan un foco. Entre las más
importantes se cuentan: evitar ingresar animales para engordar de orígenes varios;
aislar en corrales de cuarentena la entrada de reproductores, tratándolos y
chequeándolos adecuadamente; uniformar en lo posible la adquisición de
reproductores a una misma línea genética; producción en bandas evitando la
mezcla de animales con más de 10 días de diferencia de edad; administración
estratégica de antibióticos si se comprueba circulación de App en la línea de
producción según perfil serológico; adoptar estrictas medidas de higiene y
bioseguridad en la granja y en el manejo del personal.

            Existen vacunas para adoptar medidas profilácticas específicas contra la enfermedad. Las hay de
dos tipos: las bacterinas serotipo especificas convencionales y las vacunas en
base a toxoides y antígenos de membrana externa de App. Estas últimas tienen la
ventaja de no ser serotipo específicas, brindando algún tipo de protección
contra la infección por cualquier serotipo de App. Es imperativo el uso de
vacunas en los lotes a ingresar en los invernaderos donde suceden brotes
recurrentes de enfermedad, junto a antibióticos en forma preventiva. Las
vacunas ofrecen cierta protección, disminuyendo la letalidad de los focos y el
grado lesional, pero no impiden la infección ni la aparición de los síntomas.
Por tanto son de uso opcional en granjas bien organizadas, con una producción
estabilizada y con una alta inmunidad poblacional.

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