La suba de costos por la quita de retenciones al maíz, el aumento de tarifas de energía y combustible, junto a importaciones de cortes congelados, componen un cóctel que amenaza la estabilidad del sector.
Durante el mes de junio se llevaron a cabo marchas y movilizaciones en la provincia por la crítica situación que atraviesan los pequeños y medianos productores de cerdo a nivel nacional. Los productores reclamaron en pos de medidas de apoyo para el sector.
En la actualidad el sector atraviesa serias dificultades como consecuencia de los mayores costos que originó la suba de precios por la quita de retenciones al maíz, la suba de las tarifas eléctricas y de gas, el aumento del precio del gasoil y el ingreso de cortes congelados de países limítrofes.
Este tipo de medidas económicas no sólo trae una disminución de las inversiones que servirían para perfeccionar los sistemas productivos, si no que se hizo frecuente la venta de madres y el cierre definitivo de establecimientos de pequeños y medianos productores porcinos, debido a la imposibilidad de hacer frente a estas condiciones de mercado.
Carlos Ingino, de la firma Figan aseguró al respecto de las importaciones que “aumentó la oferta de bondiola y un poco menos la de carré y solomillo. La gente se fue acostumbrando a utilizar esos cortes, aunque quizá sin saber que un gran porcentaje se importa en perjuicio de los productores nacionales».
De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Agroindustria, en un contexto favorable, la faena porcina creció el primer cuatrimestre de este año un 10% en comparación con el mismo período del año anterior. Mientras que la producción total de carne de cerdo tuvo un incremento de 8,7% interanual.
Según la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, las inversiones llevadas a cabo por el sector fueron de más de US$ 2600 millones, de los cuales sólo el 15% fueron por créditos. El resto se trató de inversiones propias. A fines del año pasado, la mano de obra directa en esta actividad fue de 35 mil personas.
Las inversiones realizadas y la sobreproducción se llevaron a cabo en función del crecimiento sostenido que tenía el sector. Sin embargo las expectativas no se cumplieron y el precio del cerdo aumentó sólo el 10,4%, mientras que los costos de producción treparon el 35 por ciento.
En la búsqueda de posibles soluciones, la Federación Agraria presentó al gobierno nacional la solicitud de una compensación económica por kilo de cerdo producido; sin embargo, por el momento, no tuvo respuesta oficial.
Una salida al problema puede estar en desarrollar estrategias que tiendan a considerar el escenario particular de cada productor, disponiendo de mayor asistencia técnica que ayude a optimizar su situación a través de la aplicación de Buenas Prácticas Ganaderas.
Esto permitirá incentivar la formación de alianzas de trabajo entre los propios productores, las industrias y el comercio, logrando estabilidad en las economías locales
haciendo un producto competitivo en términos de mercado y rentable para los productores.
Las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) son un conjunto de normas, técnicas y pautas que debe aplicar el productor agropecuario para garantizar que su producción llegue al consumidor sin riesgos de generar enfermedades.
La tendencia del mercado de alimentos de origen animal en Argentina y en el mundo es exigir tal inocuidad, para lo cual, los productores deben cumplir con normas de calidad que evitan la baja productividad, la deficiente gestión empresarial, mejoran instalaciones poco funcionales, fomentan la capacitación de los productores y del personal involucrado, generan planes sanitarios y programas de bienestar animal, evitando a su vez la contaminación ambiental.
La implementación de BPG permite certificar un producto, es decir, demostrar la conformidad con las normas, seguridad, eficiencia, desempeño y gestión, generando un mejor posicionamiento que facilita la apertura de nuevos mercados.
El sistema de gestión de la calidad tiene su soporte en la producción de registros donde se documentan no sólo las formas de operar de la organización, el desarrollo de los procesos, sino también se utiliza la información para tomar decisiones convenientes para la empresa.
POSIBLES SOLUCIONES: EXPERIENCIAS
Los productores de porcinos de Buenos Aires, le propusieron al Ministerio de Agroindustria la creación de puestos de ventas directos del productor al consumidor como una de las medidas para mejorar la situación del sector. Para desarrollar esta propuesta se realizará el plan estratégico correspondiente, así como la capacitación y habilitación que requieran los criaderos para llegar al punto de venta.
Tanto en la provincia de Mendoza como en Navarro (Buenos Aires) también desarrollaron este proyecto gracias al financiamiento de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, los aportes provinciales y el asesoramiento del programa Cambio Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En el caso de Mendoza, los productores crearon asociaciones para realizar acciones en conjunto, tales como: vender y comprar, compartir conocimientos e información, utilizar instalaciones en común para faenar y producir el alimento, fomentar el mejoramiento genético, compartir servicios claves para la actividad, entre otros.
Como resultado de dicho proceso se instalaron sendas carnicerías porcinas en las ciudades de General Alvear y San Rafael. Es de destacar la ayuda de los aportes oficiales que se utilizaron para la adquisición de un acoplado y una cámara frigorífica.
La experiencia es similar en la ciudad de Navarro, en la cual la iniciativa de la Cooperativa de Productores Porcinos logró instalar una carnicería que funciona desde principios de 2015. En este caso, los productores concretaron diversos proyectos como un núcleo genético propio, la constitución de un reglamento modelo que permite que se distribuyan los animales en la zona y una sala de faena móvil en punto fijo diseñada por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Fuente: diariolaopinion.com.ar
