Charlamos con Alejandro Pérez, del Senasa y el lanzamiento de la clasificación de establecimientos porcinos.
Salió por segunda vez en consulta la nueva normativa que tiene mucha implicancia a nivel Senasa porque tiene que ver con una clasificación de granjas porcinas argentinas. “Tiene que estar consensuada porque la variedad de tipos de granjas que hay en el país es muy amplia. La idea es que todas puedan ser clasificadas, por eso es tan laborioso el desarrollo de este proyecto” cuenta Alejandro Pérez. Como también se trató en Infopork, el primer período de consulta fue en enero en donde se recibieron muchas consultas lo que motivó varias modificaciones, y que según relata el especialista era algo esperado debido a la transversalidad de la normativa.
Esta segunda puesta en consulta se extiende hasta el 25 de junio: “En la web del Senasa, pueden ingresar al apartado de consultas publica (4 19), pueden leer el articulado y los anexos y realizar un aporte vía mail. Este es un proceso común a todas las normativas del Senasa” explica el Médico Veterinario.
La idea de la normativa es establecer cuestiones básicas de las tenencias de los porcinos, realizar una clasificación más actualizada, y también aborda cuestiones como el ordenamiento territorial o la relación entre productor y veterinario acreditado; también hay un anexo con una guía sobre cómo se deberían clasificar los establecimientos según el Senasa de acuerdo al tipo de explotación y las diferentes medidas de bioseguridad y gestión sanitaria que apliquen.
“Es una guía orientativa, su misión en clasificar y no hacer cumplir esos requisitos. Depende el tipo de granja que tengas va a ser la aplicación de medidas de bioseguridad que se te pida y si aplica o no determina el riesgo que tendrá esa granja. Crear un marco de medidas que los establecimientos, desde el punto de vista oficial, tengan que aplicar. En la práctica los productores lo saben y lo aplican en mayor o menor medida. A partir de ahí establecer las medidas sanitarias orientativas según el riesgo que pueda tener la granja a partir de esta clasificación” argumenta Pérez.
Si bien el Senasa lleva un registro, Pérez comenta que este registro tiene que estar actualizado y debe evolucionar de la mano del sector. “En el mismo hay cuestiones básicas que tienen que ver con la higiene, con los procesos de limpieza, con la alimentación y también se considera lo que tiene que ver con las instalaciones y el bienestar animal. Hay una cuestión muy muy importante, que es la contención de los animales; en algunas zonas del país es más complejo d aplicar pero debemos tomarlo como un desafío. También el tratamiento de los alimentos. Todas estas son cuestiones básicas aplicadas y están en el articulado” explica el especialista.
La clasificación se va a dar después que se establezcan cuáles son las medidas que se aplican actualmente, pero primero es importante conocer si se aplican o no. En palabras del entrevistado: “las medidas de bioseguridad externa son las más importantes para el Senasa y que tienen que ver con impedir que los patógenos ingresen a la granja: control de ingreso de los animales, cerco perimetral, el tipo de filtro sanitario que se aplique tanto a los vehículos como las personas, visitas, etc. Todas estas cuestiones están contempladas en la clasificación y se va a indicar cuanto riesgo tiene esa granja”.
Los establecimientos tienen la posibilidad de asociar un veterinario acreditado si bien se considera que hoy esa asociación es muy baja. “El veterinario acreditado tiene un rol central por su llegada que el Senasa no tiene. Es muy importante el desarrollo de estos en la clasificación” apunta Pérez.
Redacción Infopork
