Entrevistamos a José Arrieta, el nuevo presidente de la CAPPCOR sobre el año que se termina y el balance que puede hacer la cadena porcina.
¿Qué balance se puede hacer del 2021?
El balance es positivo, creo que la cámara, sus socios y las granjas han tenido un año interesante desde el negocio, rentabilidad y crecimiento. Puntualmente yendo al tema de la cámara creo que se ha trabajado muy bien con la secretaría de ambiente y con todo el gobierno. Hemos participado en jornadas de residuos pecuarios por ejemplo y hace 15 días participamos de un programa de financiamiento para mejoras ambientales de granjas de cerdos. Nos falta que se sumen más granjas, más socios de diferentes zonas de la provincia para tener la visión de todos los sectores.
¿De qué se trata este programa?
Es un programa que larga la Secretaría de ambiente, en donde se convoca a cualquier granja hasta el 31 de diciembre de este año a que se inscriba vía Cidi (Ciudadano Digital). Hay un financiamiento de hasta 15 millones de pesos con una tasa de interés del 24%, con un año de gracia. Es una oportunidad muy positiva, la secretaria de ambiente designa un gestor que hace una visita al criadero y en base a lo visto y lo charlado con el productor, le va a proponer alguna mejora: un separador de sólidos, más laguna, algún sistema de tratamiento de cadáveres. Cualquiera de esas mejoras más el informe de este gestor ambiental, el productor va a poder optar por sacar un crédito para poder aplicar esta mejora y reducir el impacto ambiental. Es importante aclarar que es un programa de financiamiento con un objetivo de mejora de la situación ambiental de la granja y que esta visita no tiene un carácter de relevamiento o auditoría. Así mismo creo que todas las granjas tienen un buen trabajo de sustentabilidad, pero sabemos que dentro de las mejoras de una granja la cuestión ambiental queda relegada al final.
¿Qué expectativas tienen para el 2022?
Desde la CAPCOR creemos que desde el punto de vista productivo, el 2022 puede ser un año muy bueno. Por supuesto que dependemos de lo que pase con la economía del país. Las perspectivas de consumo interno son muy buenas, creo que eso es lo que nos va a mantener con estabilidad. Hay que ocuparse del tema exportación que a mitad de este año se cayó bastante, necesitamos volver a exportar inclusive más de lo que llegamos a hacerlo en la primera mitad de este 2021.
¿Qué desafíos tiene la porcicultura cordobesa de cara a los próximos meses?
Siempre estamos apuntando a que el eslabón que falta de potenciar es la cuestión industrial, los frigoríficos por ejemplo y la apertura a mayores mercados. Nos habíamos quedado solamente con el mercado chino y los últimos meses allá hubo una caída en el precio y la demanda. quedó demostrado que para ser un país exportador no se puede tener un solo mercado. Desde Córdoba vemos el cuello de botella que se hace en cuanto a la capacidad de faena. Córdoba produce alrededor de dos millones de capones y solo se faena la mitad de eso en la provincia.
¿Cuál es el humor de los productores porcinos cordobeses en los últimos días del año?
Gracias a mi rol en la CAPPCOR y mi desempeño en el sector privado creo que el productor de cerdos es optimista y está bastante motivado. Los números de los últimos meses de precio de venta son alentadores. El balance del 2021 era uno hasta agosto y después cambió rotundamente. Hasta el octavo mes del año los márgenes eran chicos pero los números cambiaron después de ese mes y con lo que también cambió el humor en los productores. Pero todo está atado a las condiciones económicas del país, el 90% de los costos están dolarizados y cuando hay devaluaciones bruscas el costo se actualiza inmediatamente. Esa es la preocupación pero en términos generales hay optimismo y proyectos nuevos, la rentabilidad es buena y el consumo no tiene techo.
