Gripe aviar: sacrifican 20.000 aves por brote

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escrito por Germán Piquer

Fue en una planta de General Racedo, Entre Ríos. Ya se enterró a los animales y activaron un protocolo que se extenderá por casi un mes. Preocupación por la cercanía con un establecimiento fundamental para toda la cadena.

 

 

La gripe aviar que tiene al país en situación de emergencia sanitaria desde el verano llegó finalmente a una granja comercial de la provincia más importante en producción avícola: Entre Ríos.

 

Las autoridades del Senasa le detallaron a Infocampo cómo se realiza por estas horas el procedimiento, y productores locales contaron cómo viven el momento.

 

El jueves de la semana pasada los agentes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria confirmaron que las muestras tomadas un día antes en un establecimiento comercial de la localidad de General Racedo, en el corazón de la provincia, habían arrojado un resultado positivo.

 

A partir de allí se activaron los protocolos de seguridad y el Senasa ordenó la interdicción de los movimientos en la zona.

En total, 60 establecimientos avícolas locales se encuentran bajo esta situación que se extenderá hasta mediados de junio.

 

“EL OPERATIVO FUE EXCELENTE”
“Este domingo se trabajó en conjunto con la Provincia, la Nación, el Grupo Motta y toda la gente del sector. Se mataron todas las aves, unas 15.000 ponedoras más 5.000 de reposición. Ya están enterradas”, señaló a este medio Rodolfo Acerbi, vicepresidente del Senasa.

 

El funcionario contó que ya comenzó la desinfección en todos los galpones. “Empieza el ‘día cero’ para cerrar el foco, que son 28 días a partir de hoy. En base a esta cuenta el día 14 se pone una pequeña cantidad de aves centinela, y esas aves centinelas luego serán muestreadas a los 14 días siguientes, para ver si tuvieron anticuerpos contra el virus”, detalló.

 

En el caso de que el resultado fuera negativo, querrá decir que la desinfección y la faena fueron correctas. Paso que permitirá levantar la interdicción que actualmente pesa sobre la zona, y se la desbloqueará.

 

“Mientras pasan estos 28 días, en 3 kilómetros alrededor más otros 7 kilómetros, todo cualquier movimiento de pollitos, bebés o huevos fértiles tendrán que tener un certificado de negatividad contra el PCR del ADN del virus de H5N”, expuso Acerbi.

 

El vicepresidente del organismo destacó la labor aplicada en la zona. “Toda la preocupación que generó el foco se transformó en energía de trabajo y el resultado fue un operativo de excelente calidad en cuanto a tiempo, formas y de acuerdo a los manuales de procedimiento que tenemos”, remarcó.

 

Dicho procedimiento se da de manera estandarizada en base a pautas internacionales que Argentina debe cumplir como cualquier país que esté adherido a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA).

Sin embargo, ¿es posible que se aplique en Entre Ríos un protocolo más agresivo que en otras zonas, dada su importancia productiva? Acerbi descartó que el Senasa aplique un accionar diferenciado.

 

“Le ponemos el mismo empeño, énfasis y detalles cuando ocurre un caso en Río Negro como cuando sucede en Entre Ríos. Obviamente que la densidad que abarcan estos 10 kilómetros alrededor del foco en cuestión son bien importantes en Entre Ríos por la cantidad, por la movilidad y por el eje de producción que tiene la Provincia en comparación de lo que puede ser otra. Pero el esquema exactamente el mismo”, cerró.

“FUE MUY EVIDENTE”
Más allá de las ponderaciones que aportan desde el Senasa, en el sector privado la cautela está a flor de piel. Ricardo Unrrein, oriundo de la vecina ciudad de Crespo y presidente de la Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollos, le puso palabras al sentir por estas horas en la zona.

 

“Estamos todos los productores muy preocupados, porque no hay que olvidarse que es una zona muy poblada en la que hay mas o menos 1.300.000 gallinas de huevos comerciales más unas 500.000 parrilleras. Estamos a la espera de que se conozcan los resultados de los siguientes testeos”, afirmó ante el llamado de Infocampo.

La primera detección que se realiza en cada aso siempre es en base a la observación de los propios productores, quienes cotejan a diario la evolución de los parámetros de mortandad normal que puede tener una granja comercial de grandes magnitudes.

 

“El sistema funciona de manera tal que ya está estipulado que en gallinas de postura es un caso sobre 1.000, o a lo sumo dos muertes sobre 1.000 a diario. Eso es habitual. En parrilleros pueden darse hasta cinco casos por día. El problema se da cuando alguien observa una alteración de esos valores”, contó.

“Si vos notás un exceso de mortandad brusco tenés que observar los animales. Y si ves que merma el consumo, o ves tristes a las aves, tenés que observarlas uno o dos días más. Y si el cuadro sigue hay que llamar al veterinario y al Senasa. Se hacen los hisopados y llevan los hisopos para los muestreos”, apuntó.

Según sus palabras, el caso de General Racedo fue muy elocuente: “Ya cuando fueron a hacerles el hisopado, ese mismo día de las 15.000 aves había más o menos 1.000 ya muertas. Fue muy evidente”.

Fuente: Ezequiel Morales para Infocampo

 


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