Con la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los productores españoles de cerdo expresan preocupación ante un posible endurecimiento de las políticas proteccionistas del país norteamericano, lo que podría complicar el acceso a ese mercado. Sin embargo, la atención también está centrada en América Latina, específicamente en el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, que plantea serios desafíos para el sector agroganadero.
Desde la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino Española (Anprogapor), destacaron que el pacto con el Mercosur expone las diferencias normativas entre ambas regiones, lo que genera incertidumbre y una sensación de desventaja para los productores europeos. Las normativas comunitarias como las de bienestar animal o sostenibilidad, que surgieron por demanda ciudadana, quedan en entredicho ante la entrada de productos de países donde estas regulaciones no se aplican con el mismo rigor.
«El acuerdo abre una oportunidad muy interesante para el porcino brasileño. Sus multinacionales ya ven a Europa como una baza estratégica en el comercio global”, aseguró. No obstante, lamentó que el sector agroganadero sea utilizado como “moneda de cambio” en estas negociaciones, advirtiendo que “las partes no están equilibradas” expresó Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor).
En cuanto al contexto estadounidense, aunque no es un mercado clave para España, sí representa un destino atractivo para productos elaborados como el jamón. Además, Higuera señaló que una posible política de estímulo a la producción interna de grano y soja en EE.UU. podría beneficiar indirectamente a países compradores como España.
A nivel interno, Higuera destacó un cambio de tendencia en la producción porcina en 2024, que podría crecer entre un 0,7 y un 1 % tras años de caídas motivadas por los altos costos derivados de la guerra en Ucrania y las exigentes normativas comunitarias. “La estabilización de los costos ha reducido la presión sobre los productores, mejorando la rentabilidad económica del sector”, explicó.
Sin embargo, el panorama sigue siendo desafiante. Las exportaciones enfrentan dificultades para competir en mercados de terceros países debido a los altos costos de producción dentro de la Unión Europea. A esto se suma la preocupación por la Peste Porcina Africana, con focos detectados en Alemania e Italia, y el riesgo de entrada de productos ilegales contaminados con el virus.
Fuente: EFE