Un equipo de científicas argentinas dio un paso importante en el desarrollo de una vacuna contra la brucelosis porcina, una enfermedad de alto impacto en la salud pública y la producción animal, para la cual actualmente no existe inmunización disponible.
En un estudio publicado en la revista Frontiers in Immunology, investigadoras del CONICET, pertenecientes al Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir) y al Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU, CONICET-UBA), presentaron una innovadora estrategia basada en vesículas liberadas por las propias bacterias. Esta técnica demostró estimular las defensas inmunes en ratones y protegerlos frente a la infección.
«Este avance representa un paso fundamental hacia el desarrollo de una vacuna contra la brucelosis porcina, lo que permitiría controlar la transmisión de la bacteria y reducir sus efectos en la salud pública y la economía», explicó Magalí Bialer, investigadora del CONICET y una de las primeras autoras del artículo, junto a Florencia Muñoz González del IDEHU.
La investigación se enfocó en la proteína MapB, presente en la membrana de Brucella suis, la bacteria responsable de la brucelosis porcina. El equipo analizó las vesículas de membrana externa (OMVs, por sus siglas en inglés) liberadas tanto por la cepa normal como por una versión modificada genéticamente que carecía de dicha proteína. Los ensayos en ratones demostraron que las OMVs de la cepa modificada provocaron una respuesta inmune más intensa y redujeron el ingreso de la bacteria al organismo.
«Las OMVs funcionan como vacunas acelulares, ya que contienen componentes de la bacteria pero no el patógeno completo, por lo que no pueden causar la enfermedad», destacó Bialer.
Otro hallazgo relevante fue que los sueros de cerdos infectados naturalmente con Brucella suis reconocieron los antígenos de las OMVs, lo que refuerza su potencial para activar el sistema inmune en su hospedador natural.
«Nuestros resultados muestran que estas vesículas son prometedoras candidatas vacunales porque inducen una respuesta inmune potente y ofrecen protección frente a la infección», agregó Pablo Baldi, director del IDEHU y coautor del estudio.
Una enfermedad zoonótica de impacto global
La brucelosis es una enfermedad infectocontagiosa que se transmite de animales a humanos, principalmente a través del contacto directo, el consumo de productos lácteos no pasteurizados o la inhalación de aerosoles contaminados. Aunque existen vacunas para bovinos y caprinos, actualmente no hay inmunización disponible para cerdos ni para personas.
En Argentina, la brucelosis constituye un problema de salud pública desde hace más de un siglo. Según datos oficiales, en 2023 se registró el mayor número de casos confirmados en el período 2019-2023, con Brucella suis como la especie predominante en los contagios humanos (60%).
A nivel mundial, se reportan aproximadamente 500 mil casos de brucelosis al año, con una población de más de 2.400 millones de personas en riesgo.
Con este nuevo avance, las investigadoras del CONICET abren el camino hacia una vacuna específica para los cerdos, con la esperanza de reducir drásticamente la incidencia de la enfermedad tanto en animales como en humanos.
