Las tensiones geopolíticas y comerciales entre Estados Unidos y China están reconfigurando el mapa del comercio internacional de carne de cerdo. Así lo revela el informe del segundo trimestre de 2025 elaborado por RaboResearch, que señala a Europa y Brasil como los grandes beneficiados en un contexto de alta volatilidad, desafíos sanitarios y costos aún inestables.
Con la imposición de nuevos aranceles al porcino estadounidense por parte del gigante asiático, otros exportadores están aprovechando la oportunidad para expandir su presencia. Brasil, por ejemplo, logró un crecimiento del 18% interanual en volumen y del 33% en valor en sus exportaciones de carne de cerdo durante el primer trimestre del año, con fuerte presencia en mercados como China, Filipinas y Corea del Sur.
Por su parte, los países de la Unión Europea también están ganando cuota de mercado, a pesar de las dificultades internas. La reciente recuperación del estatus libre de fiebre aftosa en Alemania ha favorecido el repunte de precios en el continente. No obstante, los nuevos brotes en Hungría y Eslovaquia generan incertidumbre, en un escenario ya marcado por la reducción del censo de reproductoras y restricciones comerciales.
Presión sanitaria y avances tecnológicos
El informe destaca que los riesgos sanitarios siguen afectando el equilibrio del mercado global. La persistencia de la peste porcina africana en Asia y los focos de fiebre aftosa en Europa continúan limitando la producción y el comercio. Sin embargo, también surgen avances positivos: en Estados Unidos se autorizó una nueva tecnología de edición genéticaque mejora la resistencia al PRRS, lo que abre una ventana de innovación a largo plazo.
Costos e incertidumbre global
A nivel de insumos, RaboResearch anticipa una cierta estabilidad en los precios de los piensos, gracias a una buena cosecha proyectada en Sudamérica y al avance favorable de las siembras en el hemisferio norte. Aun así, factores como la volatilidad del dólar, el conflicto bélico en Ucrania y la guerra comercial entre EE. UU. y China continúan presionando sobre los precios internacionales de granos y oleaginosas.
China redefine su estrategia
En paralelo, China avanza con su política de autosuficiencia alimentaria, lo que implica una reducción progresiva de importaciones, especialmente de subproductos porcinos como los despojos, donde Estados Unidos mantenía una posición destacada. Esta decisión impacta directamente en los ingresos por exportación del país norteamericano, mientras que abre nuevas oportunidades para competidores como Brasil y la UE.
fuente: agrodigital.com