El sector porcino apuesta a crecer en exportaciones y pide alivio impositivo

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escrito por Redacción Infopork

Mientras el consumo de carne vacuna cayó de 56 a 49,5 kilos por habitante en la última década, y el de pollo se mantiene estable en torno a los 45 kilos, la carne de cerdo crece a un ritmo de entre 4 y 5% anual, pasando de 12,3 kilos per cápita en 2016 a cerca de 18 kilos en la actualidad.

Sin embargo, el principal desafío de los empresarios porcinos no está en la demanda local, sino en conquistar nuevos mercados internacionales. En un escenario global donde algunos países europeos enfrentan restricciones ambientales y limitaciones para ampliar su capacidad frigorífica, la Argentina tiene la oportunidad de ocupar ese espacio. Pero para aprovecharla, advierten, es necesario avanzar con reformas estructurales que mejoren la competitividad.

Reformas pendientes y presión impositiva

Daniel Fenoglio, presidente de Cabaña Argentina y titular de la Federación Porcina Argentina, expresó en Forbes Argentina, que el sector espera definiciones tras el proceso electoral. “Más allá de los temas generales de la economía, necesitamos que se avance con la reforma laboral y la reforma impositiva. En particular, con los saldos técnicos de IVA, que hoy encarecen las inversiones”, explicó.

Actualmente, la industria aplica un IVA de 10,5% en las ventas, mientras que los insumos pagan 21%. Esa diferencia genera saldos a favor que, en la práctica, funcionan como un sobrecosto: “Invertís $1.000 y te termina costando un 20% más”, señaló Fenoglio.

En paralelo, el sector reclama mayor previsibilidad para impulsar proyectos de expansión productiva y exportadora, ante la posibilidad de acceder a mercados más rentables.


Oportunidades en Asia

El mercado asiático —con China, Filipinas y Japón como destinos prioritarios— aparece como el gran objetivo. Desde 2020, Argentina logró abrir mercados en África, Latinoamérica y Asia, con Costa de Marfil, Georgia, China, Uruguay y Angola entre los principales destinos en 2024.

No obstante, el acceso al gigante asiático sigue siendo limitado: sólo se habilitaron cortes frescos, pero no subproductos, como patitas, manitos o cabezas, que podrían alcanzar precios hasta cinco veces superiores a los actuales.

“Cortes que hoy se exportan a África por 600 dólares la tonelada podrían venderse a 3.000 en China”, advirtió Fenoglio, quien señaló que las negociaciones están avanzadas, pero dependen de una misión oficial a Beijing aún pendiente.

El año récord de exportaciones porcinas fue 2020, con 42.000 toneladas. En 2025, el sector espera cerrar con unas 15.000 toneladas, impulsadas por los envíos de pata y paleta para jamonería, y cortes como bondiola, carré, solomillo y churrasquito.

Inversiones en marcha

Pese a las dificultades, las inversiones no se detienen. Hace dos semanas, Cabaña Argentina inauguró en General Las Heras (Buenos Aires) la planta frigorífica Carnes Porcinas Seleccionadas S.A. (CPS), una inversión de US$ 35 millones orientada a la exportación.

La nueva planta, que generará 240 puestos de trabajo, cuenta con un sistema de noqueo automático que garantiza el bienestar animal, diseño con estándares internacionales y un robot inteligente para almacenaje y logística.

El grupo también opera Pacuca Bioenergía S.A., una planta de biogás en Roque Pérez, que transforma efluentes porcinos en energía renovable suficiente para abastecer a 5.000 personas, y cuyos residuos sólidos se utilizan como biofertilizantes. “En el mundo casi no hay plantas de biogás con porcinos”, destacó Fenoglio. Solo en 2024, la reducción de emisiones alcanzó 12.232 toneladas de CO₂, equivalente a lo que emiten 2.851 autos en un año.

 

Un plan a largo plazo

El Plan Estratégico Porcino (PEP), elaborado por la Federación Porcina Argentina, proyecta que para 2032 la producción nacional alcanzará 1,7 millones de toneladas, más del doble de las actuales 726.000. El consumo interno se duplicaría hasta 1,4 millones de toneladas y las exportaciones crecerían de 9.500 a 300.000 toneladas anuales, con un aumento acumulativo del 41,2% por año.

Para los empresarios, el potencial está claro: “Tenemos el mercado, la genética y la tecnología. Lo que falta es un marco impositivo y de política exterior que acompañe”, concluyó Fenoglio.

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