La provincia china de Sichuan, ubicada al suroeste de este país, ha iniciado un proyecto por el que se ponen dos chips electrónicos en las piernas traseras del ganado porcino con información sobre el establecimiento donde el animal ha sido sacrificado y comercializado. En la capital del estado, Chengdu, 45 mercados han comenzado a vender carne de estos animales identificados mediante chips.
Antes de que el cerdo sea vendido al matadero, se coloca al animal dos anillos plásticos que contienen los chips con información referente al sitio donde se ha criado y alimentado el animal. Conforme el animal es sacrificado, inspeccionado y comercializado se va añadiendo más información. Cuando cada una de las partes del animal es vendida, se escanea el chip para que los consumidores puedan tener acceso a toda la información.
El método busca que se evite la venta de carne de cerdo procedente de establecimientos ilegales y también ayuda a las tiendas que pueden llevar un registro del total de carne de porcino que han vendido y el total que han comprado.