Tendría que llover mucha cantidad durante mucho tiempo para que los pastizales se recuperasen a tiempo para alimentar a la ganadería cordobesa. La «joya» de los Pedroches, el cerdo ibérico, es uno de los grandes damnificados por la sequía.
La alarma la ha lanzado la Delegación de Agricultura, desde donde se advierte de las negativas consecuencias de las «escasas precipitaciones otoñales». Los pastos se han angostado a la misma rapidez que el bolsillo de los ganaderos, que se ven obligados a alimentarlos con piensos. El problema es que ya ni los cultivos forrajeros acompañan, ya que, según los datos de la Consejería de Agricultura, se han reducido un 25 por ciento en 2009 respecto a 2008. La producción de maíz ronda las 37.500 toneladas (50.000 en 2008) y la alfalfa ha pasado de 78.000 a 58.500 toneladas, otro 25 por ciento menos.
Año negro para montanera
Siendo mala esta situación, la de las explotaciones del cerdo ibérico son peores aún.
A la conocida debilidad de los precios de estos animales [que en determinados estamentos se achaca a la irrupción de especuladores], se une la falta de pasto en el campo y la baja calidad de la bellota, pieza fundamental de este tipo de reses.
Según los técnicos de la Delegación, «la práctica ausencia de otoñada dificulta el cebo de los cerdos ibéricos en montanera, lo que unido a los bajos precios a los que cotiza el porcino ha hecho que disminuya el número de animales destinados a montanera».
Se trata de una mala noticia para la provincia cordobesa, donde existen en torno a 3.100 explotaciones de ibérico (el 31 por ciento de Andalucía) que generan más de 26 millones de euros al año.
