Crecimiento en la oferta y la demanda, en un promedio del 8% anual desde hace más de un lustro y reorganización de los productores como empresarios: esta es la situación actual de la porcicultura colombiana, descrita por Carlos Maya, presidente de la Asociación Colombiana de Porcicultores (ACP).
Así, el dirigente gremial destaca la reorganización de los empresarios que casi liquidan sus negocios (algunos lo hicieron) que buscaron alternativas para paliar los costos de producción.
Por ejemplo, se hicieron integraciones y asociaciones de todo tipo, para la compra de los insumos, genética y comercialización que, efectivamente, les trajeron los réditos esperados.
En los últimos cinco años la reorganización empresarial pasó del 5 al 40 por ciento de la producción porcícola del país.
En cuanto al consumo, el dirigente empresarial reconoce que al paso de los años se han ido disipando los mitos con respecto a la carne de cerdo.
Hoy se estima en 5,8 kilos por persona al año, motivado, principalmente, por las inversiones en promoción, para lo cual se destinaron 3.100 millones de pesos en 2012. Vale la pena recordar que hace diez años era 2,9 kilos.
Otro aspecto que llama la atención en la demanda, es que está pasó de estacional (ferias, fiestas o temporadas) a ser generalizada durante todo el año.
Así, la cifra anotada y su prospectiva motivará las inversiones en nuevos proyectos; “es un buen momento para expandir este negocio”, dijo Maya.
Por otro lado, para los inversionistas, esta actividad es una buena opción de negocio, teniendo en cuenta que a mediano y largo plazos ese consumo podría llegar a 18 kilos.
Ahora, pese a lo anterior, el gerente del gremio porcicultor se quejó ante las importaciones de carne de cerdo, no solo por los volúmenes, sino por las condiciones en que se expende.
En volumen, pasó de 8.082 toneladas en 2010 a no menos de 26.000 el año pasado.
Por otra parte, se tiene que mientras el comercio internacional se hace con el producto congelado, varios comerciantes la presentan como refrigerada, lo que constituye una práctica comercial desleal y, de paso, un peligro para el consumidor.
Por último, Carlos Maya reclamó del Gobierno que, en materia sanitaria, haya desarrollo que garantice la inspección, vigilancia y control en toda la cadena, que hoy comparten el ICA, el Invima y las secretarías de salud, para lo cual propuso la creación de una sola entidad.
Otro de los puntos que considera desatendidos para los empresarios del sector está relacionado con las líneas de crédito agropecuario, como flujo de recursos, incentivos (subsidio ICR) y garantías para los créditos.
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