Hay muchas luces amarillas en la evolución de los granos gruesos sembrados durante la primavera de 2009. Los perjuicios vienen tanto por exceso como por escasez de humedad. A los conocidos problemas de anegamientos, exceso de humedad y fuertes vientos en la Mesopotamia y en el NOA se agregan caídas de granizo muy dañinas par los cultivos. Una de ellas, ocurrida con epicentro en Victoria, Entre Ríos, abarcó 30.000 hectáreas, trilló trigos listos para cosechar, obligó a resembrar la soja y quitó la mayor parte del follaje de los maíces. Además, produjo graves daños en las construcciones rurales y en instalaciones de almacenamiento.
Por otro lado, en la zona central del país continúa la sequía en varias provincias. En el sur de Santa Fe los maíces han sufrido estrés hídrico y están a la altura de la rodilla. "Quedaron 10 o 15 centímetros más bajos que lo normal para la época", apuntó un profesional de Cañada Seca. Su evolución futura tiene muchos interrogantes: las plantas consumen cinco o seis milímetros por evapotranspiración por día, con lo cual una lluvia de 40 milímetros alcanza a satisfacer los requerimientos de una semana: si no sobreviene rápido una precipitación importante los productores temen quedarse con plantas de bajo porte, que comprometen el potencial de rendimiento.
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Muchos girasoles de esa zona fueron sembrados después de la fecha óptima. En este cultivo su conjugan dos hechos negativos: reducción de área sembrada por bajos precios y disminución del rendimiento potencial por implantación tardía y sequía, una combinación que mostró sus efectos sobre los precios.
La siembra de soja también están atrasada en la región: "En esta época tenía implantado el 100% del la soja de primera en años anteriores; en 2009 me falta el 40% y toda la de segunda", se quejó un productor de Rufino. Y añadió: "Habíamos interrumpido la siembra y la reanudamos la semana pasada con un chaparrón, pero estamos volviendo rápidamente a una situación de perfil seco".
Al oeste de la ruta 33, los rindes de los cultivos de invierno son muy desalentadores: "Las primeras cebadas trilladas rindieron 10 quintales por hectárea y los trigos no prometen mucho más", contó un técnico de Rufino.
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La situación no es mejor en los establecimientos ganaderos. La primavera pasó de largo y el escaso rebrote de la alfalfa no permite completar la vuelta en esquemas de pastoreo rotativo, a pesar de haber tenido una reducción de carga del 50%. "Muchas pasturas se quedaron sin plantas y se destinarán a maíz de doble propósito si sobrevienen lluvias en los próximos días", adelantó un productor mixto.
Esta estrategia permite cosechar grano si el tiempo acompaña o hacer silo o aprovechamiento directo si el agua escasea. Si se sembrara soja, en cambio, sólo queda la alternativa del grano, que alcanzaría un rinde alto si se contara con un metro de humedad acumulada en el perfil, circunstancia que hoy no se verifica.
