El Gobierno chino invertirá 3.000 millones de yuanes (unos 439 millones de dólares, o 337 millones de euros) en la construcción de granjas porcinas y lecheras estandarizadas, en un plan de apoyo a dos sectores afectados por problemas sanitarios en los últimos años, informó hoy la prensa oficial.
Según detalló el diario "China Daily", la inversión se enmarca en las medidas decididas ayer, miércoles, en la reunión semanal del Consejo de Estado (Ejecutivo) para apoyar la agricultura nacional "dado el negativo impacto de la mala situación económica global".
El sector lechero chino se vio gravemente afectado por el escándalo de la leche contaminada con melamina, que causó la muerte de seis niños y afectó a unos 300.000.
El sector porcino, por su parte, ha sido en los últimos tiempos víctima de epidemias como la "enfermedad de la oreja azul", que en 2007 causó la muerte de millones de cerdos en el país y disparó el precio de la carne de ese animal.
Según la reunión del Ejecutivo, presidida por el primer ministro, Wen Jiabao, la situación económica global está teniendo un impacto "cada vez más obvio" en el campo chino, por lo que se deben aumentar las medidas para estabilizar los ingresos de los campesinos chinos (unos 700 millones) y la producción del sector primario.
Entre las medidas sugeridas en la reunión se encuentran estimular la compra estatal de producción del sector rural, la promoción de compañías de procesamiento agrícola y la mejora de los sistemas de control y supervisión de los productos, para evitar escándalos como el de la leche con melamina.
Este año, como parte del plan de estímulo económico de Pekín para hacer frente a la crisis, se invertirán 9.500 millones de dólares en la construcción y mejora de las infraestructuras del campo, incluyendo centros educativos, sanitarios y sistemas de irrigación.
El rápido desarrollo económico de China en 30 años ha venido acompañado de un aumento de las diferencias de renta y sociales entre la ciudad y el campo y, aunque Pekín ha prometido esfuerzos para mejorar los niveles de vida de los campesinos, la brecha entre éstos y urbanitas no deja de aumentar.
