Los porcicultores mexicanos han acusado a las secretarías de Economía y a la de Agricultura, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) por abrir totalmente el mercado de la carne de cerdo a Estados Unidos.
Precisaron que 4.700 trabajadores de este sector están en riesgo de perder su trabajo ante la decisión de un grupo de ellos de eliminar todas las salvaguardas a las importaciones procedentes del vecino país, con la anuencia de la SAGARPA y Economía.
Según Enrique Domínguez, director de la Confederación de Porcicultores Mexicanos, la compra sin ningún tipo de restricción hará inminente la pérdida de más granjas dedicadas a la ganadería porcina. Recordó que en 2008 se perdieron 50 mil empleos y desaparecieron más de 600 establecimientos dedicados a esta actividad.
Por otra parte, añadió Domínguez, las importaciones de carne podrán causar, además, daños insospechados a la salud humana. Detalló en ese sentido que las piernas y lomo, muchas veces considerados subproductos en EE.UU., no cumplen con los requisitos sanitarios.
Por último, criticó la actitud de SAGARPA por permitir que el Organismo Nacional de Porcicultores (ORNAPOR) decidiera esta apertura al mercado estadounidense.