MEXICO-Crían cerdos “esbeltos”.

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escrito por Redacción Infopork

Mediante selección genética y control ambiental obtienen ejemplares con un alto valor nutricional.
 
 
El cerdo como fuente de alimento ha sido estigmatizado por razones médicas, culturales y religiosas. Pero con las modernas técnicas de crianza y las herramientas de la genética, hoy es posible tener animales “esbeltos” con carne tan magra como la del pollo.

Así lo señala Maximino Méndez Mendoza, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien a través del mejoramiento con marcadores genéticos y control ambiental ha elevado el valor nutricional de distintas variedades porcinas.

Además, el experto del Laboratorio de Genética y Reproducción de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la BUAP pretende impulsar la rentabilidad de los pequeños productores de porcinos a través del rápido crecimiento de los animales.

“El mercado de la región (central del país) nos exige carne suave y magra al 100%”, señala el científico, quien dice que tras la llegada de los aceites vegetales comestibles, la práctica de obtener de 20 a 30 kilogramos de manteca por ejemplar cayó en desuso.

“La idea de esta investigación es que los costos de producción se abaraten lo más posible para hacerla más eficiente”, señala el académico en entrevista.

El doctor en ciencias veterinarias por la Universidad de Camagüey (Cuba) dice que para lograr tales metas no sólo inciden en los factores genéticos, sino también en los ambientales.

Linajes selectos

El equipo de Max Méndez efectúa una selección cuya meta es propagar ciertas características que confieren alto valor económico al animal, como conformación corporal, aplomos, estatura, color de pelo, etcétera.

Cuando quieren obtener cerdos libres de grasa, los investigadores universitarios realizan sucesivas cruzas selectivas, apoyados tanto en linajes maternos como paternos. Paralelamente, habilitan los criaderos para proveer a los ejemplares condiciones de máximo confort para facilitar su crecimiento.

Una vez completada la técnica de producción, que se aplica en granjas tecnificadas, los investigadores pueden diseminar los rasgos sobresalientes de sus animales, a través de centros de inseminación, entre los criadores que carecen de recursos para hacer las mejoras.

De tal forma, el pequeño productor puede pagar 300 pesos por inseminación para cada uno de sus animales en lugar de comprar sementales de alto registro, cuyo costo llega incluso a los 60 mil pesos.

“Si esa genética ‘líquida’ la puedes vender a la comunidad, la gente se va a beneficiar porque tendrá lechones de mejor calidad y en lugar de sacarlos (para su venta) a los 180 días, podrán hacerlo a los 150 días”, detalla el científico.

Más adelante, los expertos de la BUAP pasarán de la genética de poblaciones a la molecular, en la búsqueda de que se expresen genes de interés o que se inhiban los que no son deseables, como el asociado con el estrés porcino. “A mediano plazo le vamos a entrar a esa investigación”, anticipa Max Méndez.

Predominan importaciones

Aunque en México la producción de carne porcina crece, todavía se importa la mayor parte, pues hasta 2005 se exportaron unas 55 mil toneladas, contra un total estimado de 495 mil que fueron traídas del extranjero.

Los principales estados productores son, según datos actualizados hasta 2006, Sonora (127 mil 260 toneladas), Jalisco (120 mil 465), Guanajuato (56 mil 688), Yucatán (56 mil 329) y Puebla (48 mil 291).

 

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