La crisis financiera internacional provocará en la Argentina una reducción en la producción de granos del orden del 3,2 por ciento, señaló, el pasado miércoles, en un informe el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina.
Para la entidad, a través de la evolución de algunos indicadores sectoriales "se comienza a observar los primeros impactos de la crisis internacional y la complejidad por la que transitará la Argentina en general y el sector agropecuario en particular".
"La menor área sembrada, la menor inversión en semillas y fertilizantes harán que la campaña 2008/2009 tenga como resultado una cosecha de 92 millones de toneladas, contra las 95 millones recolectadas en el ciclo anterior", dijo el jefe del instituto, Ernesto Ambrosetti.
La Rural estima que el mayor impacto de la crisis se verá en una reducción del área sembrada de trigo en 1,1 millones de hectáreas menos (22 por ciento) y de 600.000 hectáreas menos en maíz (18 por ciento).
Además, la menor rentabilidad del productor y el desánimo provocado por la falta de políticas oficiales de incentivo para el sector ha llevado a que la venta de semillas forrajeras cayera un 30 por ciento y la de fertilizantes, un 33 por ciento (3,7 millones de toneladas en 2007, contra 2,5 millones de toneladas del año actual).
De acuerdo con esos parámetros, la producción de maíz, que según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (Sagpya) fue de 20,85 millones de toneladas en la campaña anterior, será entonces menor en 2,8 millones de toneladas.
En tanto, el trigo, cuya producción anterior fue, según datos de la Sagpya, de 16,3 millones de toneladas, tendrá un recorte de 4,3 millones de toneladas.
En cambio la soja tendrá un aumento de 3,7 millones de toneladas, sobre los 46,2 millones de la campaña anterior.
La menor producción conducirá a una retracción de las exportaciones, que en el caso del complejo sojero caerán en 7000 millones de dólares.
En concepto de retenciones a las exportaciones de granos, el recorte que sufrirá la recaudación fiscal será de 9000 millones de pesos, por la caída del precio internacional, fundamentalmente de la soja y el maíz.
La Rural estima para la soja una caída en el precio internacional del 46 por ciento. Toma como parámetro la cotización del contrato septiembre, que en agosto pasado se cotizó en 609 dólares la tonelada, contra los 329 dólares a que cerró en los últimos días.
También considera una caída en el trigo del 56 por ciento, tomando el contrato diciembre a 470 dólares en febrero pasado, contra 210 dólares de ayer.
"La fuerte caída en los valores de los granos y carnes, que no ha sido correspondida en los valores de los insumos estratégicos, genera un importante cambio en los precios relativos y, por ende, en la capacidad de pago y compra del empresario rural", añade el estudio.
Así, por ejemplo, en la relación insumo-producto calculada entre marzo y octubre de este año, para adquirir la misma cantidad de glifosato es necesario un 50 por ciento más de soja, un 64 por ciento más de trigo para la compra de fertilizantes y un 18 por ciento más para los herbicidas.
En el mismo sentido, se requerirá un 77 por ciento más de maíz para la compra de fertilizante (urea).
Siguiendo con la relación insumo-producto, según el estudio de la Rural, para la ganadería se requerirá un 27 por ciento más de cabezas de novillos para la adquisición de alambre, un 15 por ciento más de terneros para la compra de gasoil y un 24 por ciento más de terneros para pagar el sueldo del peón rural.
Respecto de la evolución de los precios de los insumos estratégicos, se cita como ejemplo un aumento del 103 por ciento de 2007 a 2008 en el valor del glifosato, que pasó de 3,9 dólares por litro a 7,9 dólares.
En cuanto al transporte de granos, el impacto negativo de la crisis implicará 100.000 viajes menos de lo que se conoce como flete largo, (del acopio al puerto) y 85.000 viajes menos del flete corto (del campo al acopio).
