MUNDO. Mejorar la sanidad animal en el mundo: una prioridad

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escrito por Redacción Infopork

Cuando adoptaron el Cuarto Plan Estratégico de la OIE en mayo de 2005, nuestros Países Miembros decidieron modificar nuestro mandato histórico. La OIE había sido creada en 1924 para luchar contra la propagación internacional de las enfermedades infecciosas de los animales; ahora, más allá de esta misión histórica, nuestro nuevo mandato consiste en «mejorar la sanidad animal en el mundo». Nuestras responsabilidades se amplían pues considerablemente, ya que esta nueva ambición requiere no solo una voluntad política compartida por todos nuestros Países y Territorios Miembros, sino también el desarrollo de nuevos mecanismos institucionales y técnicos a escala nacional, regional y mundial.

Para alcanzar estas metas, la OIE asume ahora la responsabilidad de proporcionar a las autoridades y órganos decisorios las informaciones, argumentos e instrumentos apropiados a fin de que esta voluntad política pueda aplicarse de modo eficaz y duradero. Dichos argumentos deben basarse ante todo en una evaluación cualitativa y cuantitativa de los beneficios políticos, sociales y económicos que pueden obtenerse mediante un incremento de inversión en nuevos sistemas zoosanitarios nacionales, regionales y mundiales.

No obstante, para mejorar la salud animal, no basta la voluntad política. La eficacia de las inversiones efectuadas en los sistemas zoosanitarios radica en una adecuada gestión de los mecanismos de aplicación. Los Servicios Veterinarios, tanto públicos como privados, estan en primera línea para mejorar la salud animal; por tanto, para mejorar su eficacia, es preciso movilizar los recursos humanos y financieros apropiados así como aplicar los métodos de gestión descritos en el Código de la OIE y aprobados democráticamente en forma de normas internacionales por los 169 Países y Territorios Miembros. La buena gobernanza abarca la legislación y los recursos humanos y financieros apropiados para su puesta en aplicación.

Para fundamentar el objetivo de mejorar la salud animal potenciando la eficacia de los Servicios Veterinarios, hemos de demostrar que se trata de un Bien Público Mundial. La validez de este concepto debe fundamentarse mediante argumentos sólidos.

En el centro de la argumentación, cabe mencionar la aparición súbita de nuevos riesgos que amenazan a las poblaciones o a los sectores agrícolas del mundo entero, en un contexto sin precedente de globalización de patógenos y de cambio climático.

Es fácil demostrar que la prevención y el control de las zoonosis gracias a la aplicación de las normas y directrices de la OIE vinculadas al acuerdo MSF de la OMC , es un componente esencial de las políticas de salud pública. El análisis de la crisis actual de la influenza aviar ilustra perfectamente este argumento, pero pueden citarse también otros ejemplos (SRAS, enfermedad de las vacas locas, fiebre del Valle del Rift, rabia, etc.).

Conviene recordar asimismo las considerables repercusiones económicas y sociales de las enfermedades animales en la economía rural de nuestros Países y Territorios Miembros.

Más allá del peso económico y estratégico de las producciones ganaderas de los países ricos, bajo la amenaza permanente de enfermedades de las que han conseguido liberarse a gran coste, la ganadería ocupa un lugar importante en la supervivencia de las comunidades rurales pobres de los países en vías de desarrollo. La amenaza permanente de las enfermedades que pesa sobre los animales criados en los países pobres representa también una amenaza grave para las comunidades rurales y periurbanas pobres. Las pérdidas que sufren actualmente a causa de las patologías animales son considerables y no dejan de agravarse.

Es importante pues reiterar que la lucha contra las enfermedades animales es una contribución importante a la lucha contra la pobreza en el mundo no sólo desde una óptica de salud pública sino también de desarrollo económico y social de las respectivas poblaciones y países.

Este argumento es reforzado por el análisis de los flujos regionales y mundiales actuales del comercio internacional de los animales y de sus productos. La exportación puede constituir en ciertos casos una fuente valiosa de ingresos para los países en vías de desarrollo y sus productores rurales, pero es una salida de mercado con frecuencia cerrada por motivos sanitarios. Un control eficaz de las enfermedades animales en estos países contribuiría a abrirles mercados valiosos de los cuales se privan en la actualidad, porque aún no están en condiciones de controlar o de erradicar las enfermedades animales más importantes.

Invertir en nuevos sistemas de sanidad animal en todo el mundo permitiría no sólo proteger contra amenazas naturales o intencionales vinculadas a enfermedades animales infecciosas y zoonosis a los países que ya han conseguido liberarse de ellas, sino también contribuir a la protección de la salud pública en todo el mundo, reducir la pobreza y abrir a todos la posibilidad de intercambiar libremente sus productos agrícolas con el resto del mundo. La OIE transmitirá todos estos mensajes con insistencia y convicción donde sea oportuno, pero trabajará también con economistas para aportar a las autoridades y órganos decisorios los argumentos y cifras necesarios para convencerlos.

Mediante las evaluaciones de la conformidad de los Servicios Veterinarios con sus normas de calidad, la OIE lleva a cabo también un análisis de las inversiones prioritarias que han de realizarse en beneficio de los Servicios Veterinarios nacionales en cada País y Territorio Miembro que lo desee. El objetivo prioritario es garantizar la constitución de redes de vigilancia veterinaria en todas partes, ya que la detección temprana de las enfermedades y la respuesta inmediata son los secretos de una prevención y control eficaces de los desastres sanitarios naturales o intencionales.

Cerca de 40 países están en fase de evaluación por expertos formados y acreditados por la OIE. El Fondo Mundial para la Salud y el Bienestar de los Animales creado por la OIE en 2004 está dedicado a esta actividad de evaluación y de análisis, así como a la formación continua en las cinco regiones de la OIE de los responsables nacionales encargados de la modernización de los Servicios Veterinarios y de las relaciones con la OIE, y de los representantes pertinentes del sector privado.

A fin de cumplir su nuevo mandato, la OIE también continuará dando prioridad a sus misiones científicas y técnicas en materia de actualización permanente de los métodos de lucha contra las enfermedades.

Además de la comunicación necesaria para la aplicación eficaz de estos métodos de lucha por Servicios Veterinarios dotados de los medios necesarios, se impone la colaboración con organismos intergubernamentales tales como la OMC, FAO o la OMS, así como con las organizaciones regionales pertinentes, sin olvidar a los actores clave del sector privado tales como las organizaciones de agricultores, de veterinarios, de la industria de la transformación y de las cadenas de restauración colectiva y de distribución.

Cabe recordar, por último, que la salud animal es también un factor crucial para garantizar la seguridad sanitaria de los alimentos y un componente esencial del bienestar de los animales. Por ello, los consumidores y los defensores del bienestar animal respaldan activamente el cumplimiento de nuestro nuevo mandato.

Mejorar la sanidad animal constituye, sin duda alguna, un Bien Público Mundial: más de 120 países necesitan ayuda para alcanzar una situación satisfactoria para ellos y sin peligro sanitario para los demás países. Es un terreno particularmente propicio para la expresión de la solidaridad internacional en beneficio de todos.

Bernard Vallat

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