Miles de explotaciones cerradas y millonarias pérdidas económicas es el triste balance que arroja el sector ganadero español como consecuencia de las imparables alzas del precio de los cereales –que han recuperado los niveles de hace 40 años en el mercado nacional–, materia prima básica para la alimentación de los animales.
Una crisis, a buen seguro la más significativa de los últimos años, tal y como los profesionales han denunciado en reiteradas ocasiones, que afecta por igual tanto al vacuno, como al ovino y porcino –sustentos básicos de la economía provincial–, así como al equino, aviar y, lógicamente al ganado de lidia.
La situación es tan crítica que desde varios foros se han atrevido a afirmar que es mucho más grave que la que padeció el vacuno de carne allá por el año 2001 con motivo de la Encefalopatía Espongiforme Bovino (EEB), el llamado mal de las ‘vacas locas’, o la más reciente en el tiempo, gripe aviar. Sirva como ejemplo un dato.
Desde la Asociación Nacional de Productores de Vacuno Carne (Asoprovac) se habla de que unos 10.000 cebaderos de vacuno, o lo que es lo mismo el 30 por ciento, han cerrado en lo que va de año por la crisis del precio de las materias primas, cuyo incremento supone unas pérdidas que superan los 1.500 millones de euros. De hecho, el presidente de esta agrupación, Alberto Juanola, ha llegado incluso a calificar la situación de “quiebra total”.
Fallan las predicciones del Gobierno A mediados del pasado mes de septiembre, el secretario general de Agricultura, Josep Puxeu, señaló que los precios de los cereales empezarían a normalizarse en el plazo de unos 15 días.
Pues bien, a punto de cumplirse un mes de esta predicción las cotizaciones siguen imparables, una realidad que puede constatarse nada más con echar un vistazo a la Lonja Provincial Agropecuaria de Salamanca. Si el 21 de septiembre el precio del trigo pienso era de 257 euros, el de la cebada de 217 y el del maíz de 259, los establecidos ayer fueron de 259, 228 y 244, respectivamente.
Con estos números en la mano, el optimismo del Ministerio de Agricultura a pesar de que la Unión Europea ha dado el visto bueno a la eliminación del 10 por ciento dedicado a barbecho y prevé rebajar los aranceles de entrada de cereales, ha quedado en entredicho. Mientras, el ministro de Economía, Pedro Solbes, ha reconocido que el sector ganadero se encuentra en una situación difícil ante la imposibilidad de repercutir el sobrecoste de su producción en el precio que percibe en origen mientras se anuncian subidas que afectarán negativamente a las rentas más bajas. La cosecha de 2006 en los 27 países de la UE (265,5 millones de toneladas) fue inferior a las previsiones, lo que ha provocado una escasez de existencias al final de la campaña de comercialización de 2006/07 y ha hecho que los precios alcancen niveles sin precedentes, una situación que va a seguir originando interrogantes sobre la agricultura europea y más en la revisión de la PAC, cuyas primeras propuestas presentará Bruselas en noviembre.
Y es que a pesar de las intenciones de la comisaria Mariann Fischer Boel de suprimir definitivamente el régimen de retirada de tierras, en los borradores que circulan sobre la reforma se incide en que las subvenciones al agricultor se desliguen al máximo de la producción y en la supresión de apoyos a los precios del cereal, mediante el llamado mecanismo de intervención. Desequilibrio A pesar de que desde algunos foros se insiste en que la situación alcista se debe simplemente a un desequilibrio entre la oferta y la demanda –que ha dejado los ‘stocks’ mundiales en las 244 millones de toneladas, 14 menos que en la campaña anterior– derivado del crecimiento de la población mundial y de la cabaña por encima de la producción de cereales, expertos apuntan a que esta situación no es coyuntural y que se prolongará a medio plazo hasta que la puesta en producción de nuevas tierras no cultivadas equilibren el mercado y puedan abastecer tanto para garantizar la alimentación humana, como la animal y la industria bioenergética.
