La inflación consiste en un crecimiento generalizado de los precios, debido al aumento de dinero en circulación. En realidad, el alza de los precios es una consecuencia de la inflación y no la inflación en sí misma, al contrario de lo que comúnmente se piensa.
En ciertas ocasiones, la cantidad de dinero en circulación (billetes y monedas) crece de manera desproporcionada. Si la cantidad de dinero en efectivo aumenta sin que exista una revalorización de los bienes y servicios ofertados en el mercado, el dinero pierde valor, ya que con una misma cantidad de dinero no se puede adquirir la misma cantidad de productos que antes se compraba.
La moneda de libre circulación en Panamá es el dólar que se ha venido depreciando en el mercado mundial, debido a los graves problemas estructurales y financieros por los que atraviesa la economía norteamericana. El dólar se ha depreciado en más del 10% con respecto a las principales monedas del mundo. Es decir, hoy los panameños compramos más caro los productos que se producen en las economías ajenas al dólar.
No existe una sola causa para explicar el problema de la inflación. Se han dado casos en la historia, Nicaragua por ejemplo, en que la inflación ha sido motivada por la falta de previsión de los gobiernos, que han emitido más dinero del que el mercado podría soportar sin presentar variaciones. Este no es el caso de Panamá, porque nosotros no emitimos papel moneda.
En otras ocasiones, lo que ocurre es que aumentan los costos de los empresarios, por aumento de salarios o por aumento en la materia prima. Este es el caso de la industria avícola, porcina y láctea, entre otras. Las consecuencias son las mismas, al aumentar los costos de producción los precios de los productos suben. También puede ocurrir que los empresarios busquen incrementar sus ganancias subiendo arbitrariamente el precio de sus productos y se cae en la especulación. Este fue el caso del arroz, que obligó al gobierno panameño a importar el grano para estabilizar los precios y garantizar el suministro.
Según cifras estimadas, la inflación en Panamá en el 2007 fue de 6.5%, pero con un incremento del 11.5% en los precios de los alimentos. Los combustibles tuvieron un incremento del 45% en el año y se espera una tendencia alcista para el 2008. El cemento elevó su precio en 18.5% en el 2007 y se espera un aumento del 7% para el 2008. Se anuncian incrementos del 15% para la carne de cerdo y del 10% para el pollo. Las tarifas eléctricas subirán 15% para los consumidores residenciales mayores de 500kw/h y de 20% para los industriales y comerciales. Tradicionalmente, la inflación en Panamá ha sido menor del 2% en la última década.
Hemos definido la inflación, descrito sus causas y presentado las cifras, pero ¿qué consecuencias tiene sobre la economía doméstica de los consumidores panameños esta realidad?
El primero, efecto de la inflación que golpea a los consumidores panameños, es la pérdida de poder adquisitivo. Con la misma cantidad de dinero los panameños compran menos productos que en un contexto no inflacionista. Si la subida de los precios no se ve compensada por un incremento en los salarios, nos enfrentamos a un proceso de disminución del crecimiento económico.
La inflación también afecta la capacidad de ahorro de los panameños, ya que estos se ven obligados a dedicar más dinero que antes a la adquisición de bienes y servicios por el incremento de los precios.
Uno de los sectores más afectados por la inflación es la clase media, que lleva sobre sus hombros una fuerte carga impositiva a raíz de la pasada reforma fiscal. Esta realidad hace necesario que el gobierno tome medidas inmediatas para abordar este problema.
Se requiere revisar la ley de impuestos para aliviar la carga de la clase media y de todos los asalariados en general. Además, es urgente definir una clara política antiinflacionaria para devolverle el poder adquisitivo a las masas panameñas.
