La cosecha de maíz, que muestra mejores rindes que los esperados y un volumen de zafra anual cercano a los 21 millones de toneladas, continúa expuesta a férreos controles aduaneros que traban los embarques del grano.
A pesar de la buena trilla que se viene desarrollando en la actualidad (41 por ciento del área sembrada contra 35 pct del año pasado a la misma época), los valores del cereal se encuentran sostenidos.
Analistas del circuito granario local dijeron que ese sostenimiento está dado más "por la falta fluida de oferta que por algún tipo de apremio por parte de la demanda", ya que los exportadores vienen comprando alrededor de 500 mil toneladas semanales, manteniendo los valores de acuerdo a las cotizaciones internacionales, comentaron.
En el Mercado de Chicago, cuando los valores tienden a deprimirse, automáticamente los compradores de la exportación bajan las cotizaciones comprando a ritmo lento pero seguro.
Hasta el momento, existen declaraciones de ventas al extranjero por alrededor de 10,100 millones de toneladas, de las cuales esta cifra ya se encuentra en manos de los exportadores, indicaron fuentes de la exportación.
"Es decir, tienen la misma cantidad comprada que las que tienen comprometidas con el extranjero. Si esta excelente cosecha hubiera ocurrido otro año cualquiera, la presión de oferta que tendría que presentarse, haría bajar fuertemente los valores", comentó el especialista Alejandro Ramírez.
Agregó que, al estar inmersos en un escenario donde existen más posibilidades que reaparezcan los cortes de rutas, movilizaciones y suspensión de negocios con maíz, la falta de oferta hace que las cotizaciones, por ahora, se mantengan.
El dato saliente de sus apreciaciones, que recogieron la de los operadores líderes del circuito, fue la referida con que, en las últimas horas, "comenzó a mencionarse la firme posibilidad de que el Gobierno Nacional cierre los registros de exportación de maíz".
Argentina consume en el mercado interno entre 7 y 8 millones de toneladas de maíz (consumo animal, elaboración de harinas y aceites, biocombustibles, semillas para sembrar al año siguiente).
Si se observa que la exportación ya vendió 10 millones de toneladas y el consumo interno es de 8 millones de toneladas, frente a una producción nacional proyectada en 20,5 millones de toneladas, quedaría un saldo exportable posible de 2,5 millones de toneladas, una "situación similar a la que hoy se vive con el trigo", acotó Ramírez.
