“El agua está garantizada en el área, ya que hay suficiente en el subsuelo y también el río Orinoco la proveería. Aunque no existe un sistema eléctrico consolidado en la zona, se pueden emplear otras alternativas como la energía solar”, señala Confagan.
Unas 230 mil hectáreas para impulsar el rubro. Centros avícolas y porcinos también son viables.
La Faja Petrolífera del Orinoco, no sólo cuenta con tierras aptas para la producción agrícola, también tiene un gran potencial para la explotación ganadera.
El Plan Socialista Orinoco, creado por el presidente Hugo Chávez, propone instalar en el reservorio petrolero un proyecto de ganadería doble propósito, con 706.200 vientres; un complejo integral avícola para producir unas 30 mil toneladas de pollo al mes, lo que supliría el 30% de la demanda para el año 2012, y cinco centros de producción porcina.
“Dentro de la gran extensión incluida en la Faja, se puede resaltar la zona de la Mesa de Guanipa —con un millón de hectáreas— que posee tierras con un valioso potencial agroproductivo, especialmente como cuenca lechera, según el Fondo Nacional para la Producción Lechera (Fonaprole)”, precisó Juan Carlos Montero, experto en alimentación y nutrición animal y director de la sala situacional de Confagan.
Resaltó “en esta zona existe tanto potencial que con 90 mil hectáreas bien planificadas —con producción eficiente— se produciría toda la leche necesaria para la población venezolana, y con 230 mil hectáreas se lograría la carne requerida”.
En Venezuela, la productividad de carne y leche es baja. El país cuenta con más de 12 millones de cabezas de ganado; de las cuales 5 millones 400 mil son vientres potenciales; pero sólo paren y ordeñan un millón 100 mil vacas al año, con un promedio de parición de un becerro cada dos años.
En general, se emplean cinco hectáreas para producir un litro de leche por día, y 15 hectáreas para obtener un kilo de carne; es decir, no existe un manejo eficiente de los recursos suelo-pasto-animal.
Hernán Rincón, también director de la sala situacional de ganadería de Confagan, explicó que con la incorporación del ganado, se estaría recuperando los suelos de la zona, al cultivar pastizales necesarios para la alimentación de los animales.
“El agua está garantizada en el área, ya que hay suficiente en el subsuelo y también el río Orinoco la proveería. Aunque no existen un sistema eléctrico consolidado en la zona, se puede emplear otras alternativas como la energía solar”, expuso.
Al aplicar la asociación de cultivos, por ejemplo, yuca con la ganadería, el tubérculo serviría también como forraje para el rebaño, y así se reducirían costos de producción. La creación de un complejo avícola en la reserva petrolera, también resulta viable. El presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Venezuela (Fenavi), Francisco Tagliapietra, argumenta que se pueden establecer granjas avícolas en zonas que, siempre y cuando, estén distantes de las áreas urbanizadas y cumplan con las normas de bioseguridad.
“El área donde se desarrollará un centro avícola debe tener fuentes de alimento para las aves, canales de distribución, conservación y refrigeración; sino el éxito del proyecto se verá comprometido”.
Alberto Cudemus, presidente de la Federación Porcina de Venezuela (Feporcina), apoya cualquier programa que involucre el desarrollo endógeno. “La decisión de establecer centros de producción porcina en la Faja es muy factible”.
Cudemus explica que “la única parte, por decreto, que no se pueden instalar complejos porcinos es en la zona centro – norte costera que va hasta la frontera del estado Miranda y Anzoátegui, que posee varias y cuencas a ser protegidas. Del resto, en cualquier parte del país se puede desarrollar una explotación de cerdos, bajo normas de sanidad establecidas”.
Al hacer un uso racional de la tierra, empleando sistemas de producción diversos que se adapten a las condiciones del país, permite extender la potencialidad de la nación. La Faja sería un gran ejemplo.
