El sector del porcino, ibérico y blanco, lleva dos años inmerso en una situación crítica, posterior a los grandes años de bonanza económica que llevó a los profesionales a ganar mucho dinero. Ahora que las tornas han cambiado, el futuro se plantea con mucho vaivenes con semanas de buen precio y operaciones y otras en las que el valor del producto se desploma y no se da salida a los cerdos.
“Ahora casi no hay animales y por eso el precio tiende al alza cada semana, pero en realidad en una situación ficticia, no real, porque en septiembre volverán a matarse animales y la situación tanto para los industriales como para los ganaderos volverá a ser caótica”, apuntó Celestino Martín, ganadero de porcino.
A todo esto hay que sumarle que los secaderos están llenos de jamones a los que por el momento no se les puede dar salida, y sí se venden es a un precio muy bajo, porque el consumo ha bajado hasta límites nunca vistos.
Sin embargo, Martín no cree que esta situación dure toda la vida y, dice, “espero que en la primavera del año que viene la situación se recupere porque el sector ha tocado fondo y después de septiembre no creo que las cosas puedan estar peor.
Además, también abogo por que el precio no siga subiendo, me parece exagerado porque si no hay nadie que lo pague no hay por qué seguir subiendo tanto de golpe, pero igual ocurre con las bajadas, cuando se producen son muy significativas”.
De todos modos la crisis afecta a todos por igual y el ganadero está más acostumbrado a perder dinero que el industrial, lo que está llevando a muchas empresas a la quiebra o a pasar malos momentos como ocurre en algunos grupos en Guijuelo, que esta crisis les está dejando tocados.
Por su parte, Manolo Pérez Tabernero, industrial, tilda la situación de “bastante mala” y anuncia también que la llegada del mes de septiembre puede ser peligrosa porque se comenzarán a matar más animales “y como el consumo ha bajado tanto, no sé qué podrá pasar.
Asimismo, Pérez Tabernero aludió a que la entrada de gente que no es “realmente profesional”, no ayuda en nada al sector. “Este hecho ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo; hay gente que en tiempos de bonanza se mete, y cuando las cosas van mal desaparece, pero nosotros siempre permanecemos ahí y eso es lo realmente importante”.
En resumen, la crisis del sector porcino se puede resumir en un gran ‘stock’ de producción y una gran falta de demanda provocada por el bajo consumo, que a su vez es consecuencia de la falta de liquidez de las empresas y los particulares. Una situación que a partir de septiembre podría ser peor.
Además, el sector del cerdo ibérico, tanto ganaderos como industriales, lleva acumuladas pérdidas por valor de unos 600 millones de euros desde el inicio de la crisis hasta la actualidad, según aseguró el presidente de la sección de ibéricos de la Asociación de Industrias de la Carne de España (Iberaice), Julio Revilla.
