El desafío del bienestar animal en la industria porcina

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escrito por Redacción Infopork

Con nuevas normativas en camino, la industria porcina enfrenta importantes desafíos para mejorar las condiciones de manejo, transporte y fauna de los animales. El INTA, a través de un enfoque multidisciplinario y tecnología avanzada, lidera los esfuerzos para garantizar el bienestar animal, mientras que los pequeños productores deben adaptarse a las crecientes exigencias del sector.

El bienestar animal es un tema crucial en la producción porcina, y en los últimos años ha cobrado una mayor relevancia a nivel global. La atención a aspectos como el manejo de animales confinados, su transporte y las condiciones en los sitios de faena son exigencias que deberán cumplirse para adaptarse a las futuras normativas. Desde el INTA, el Grupo de Producción Porcina, liderado por Mariano Lattanzi, trabaja activamente en estos temas, impulsando un enfoque multidisciplinario que combina biología, etología, sanidad, reproducción y de tecnología de vanguardia, como sensores y monitoreo remoto mediante inteligencia artificial.

El INTA, con su papel pionero en la protección de los animales, ha sido clave en la introducción de debates y propuestas sobre el bienestar animal. Desde la estación de Marcos Juárez, el Grupo de Producción Porcina ha señalado que los cambios culturales en la producción porcina ya están en marcha. «A nivel nacional, una subcomisión del Senasa, integrada por referentes académicos y del sector privado, está trabajando en la creación de normativas que, sin duda, impondrán nuevas restricciones en cuanto a manejo e infraestructura», explicó Lattanzi. Estas regulaciones, que contemplan desde la cantidad de metros cuadrados por animal hasta el diseño de las instalaciones, podrían representar un desafío para aquellos productores que no logren adaptarse a tiempo.

El proyecto Impact.ar, desarrollado durante los últimos dos años, ha permitido evaluar el interés de los productores en mejorar las condiciones de bienestar animal. “Los productores están cada vez más interesados ​​en capacitarse y dar pasos concretos hacia una mejora continua”, destacó Lattanzi, quien subraya la importancia de evaluar los avances y corregir las prácticas en base a los resultados obtenidos.

Uno de los aspectos más críticos del bienestar animal es el transporte, especialmente para los cerdos que van a faena, ya que tiene un impacto directo en la calidad de la carne. «Aunque el tiempo de transporte es importante, las condiciones en las que se realiza son clave. Un viaje largo en buenas condiciones es preferible a uno corto en malas condiciones», subrayó Lattanzi. En este contexto, el trabajo doctoral de Camila Asencio ha sido revelador, al estudiar las condiciones de transporte de porcinos en Argentina utilizando métodos no invasivos para medir el bienestar animal, tales como el análisis de glucocorticoides en heces y pelo.

El INTA y otras instituciones, como la Universidad Nacional de Córdoba y el Conicet, también han llevado adelante experimentos que analizan el impacto del transporte en la respuesta fisiológica al estrés de los cerdos. Un estudio publicado en la revista Animals concluyó que los cerdos transportados durante tres horas observaron altos niveles de estrés, pero se recuperaron rápidamente, sugiriendo que estas medidas animales pueden enfrentar viajes moderados si se toman las adecuadas.

En los últimos seis años, se ha registrado una disminución en la cantidad de pequeños productores que envían animales a faena, mientras que la cantidad total de animales y su peso promedio han aumentado. Esto evidencia un proceso de concentración en la industria, donde hay menos productores, pero una mayor producción.

 

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