La industria avícola apuesta a la normalización del mercado externo, que empieza a dar señales positivas. La porcina sufrió el impacto de la caída del consumo y lo sufre en el precio.
En los últimos meses, varios fueron los factores para que tanto la producción porcina como la avícola frenaran el crecimiento que venían demostrando en los últimos años.
Un año atrás, las perspectivas estaban orientadas a más inversiones, mayor producción de la mano del crecimiento, tanto en el consumo interno como en el mercado internacional.
Hoy la realidad cambió rotundamente, y el negocio de las proteínas animales afina sus lápices y replantea sus esquemas productivos. La crisis financiera internacional afectó principalmente a la demanda internacional de proteínas animales, y los países compradores prefirieron consumir sus stocks a la espera de que la situación aclare.
En lo que respecta al negocio avíola, si se analiza el primer cuatrimestre de 2008 versus el mismo período del año anterior, los envíos cayeron el 10% en volumen y el 20% en precio.
Así es que los avícolas se encontraron con esta baja en plena etapa de producción y tuvieron que volcar su producto masivamente al mercado interno.
Según indican desde la industria para 2009 se pronosticaba que el consumo de los argentinos de carne de pollo por habitante por año iba a llegar a los 31,7 kg. Hoy ya está en los 33 kg.
Precisamente esta situación deriva en otros inconvenientes para la producción avícola, porque también tuvieron que afrontar mayores costos de producción (al compás de la suba del maíz y la soja) junto con menos exportaciones, por lo que el producto tenía que ser vendido sí o sí al mercado interno, lo que generó una baja en los precios.
En este contexto se puede destacar que las empresas que se vieron mayormente afectadas fueron aquellas que ofrecieron en el mercado local un producto commodity (cajón de pollo).
En mejor situación están las que pueden ofrecer un producto que no sufre el control de precios oficiales (cortes especiales, pollo trozado o con algún otro agregado de valor). Al mismo tiempo, la industria busca una luz de esperanza en la normalización de las exportaciones.
Así es que vislumbran como un síntoma positivo que en el primer bimestre del año la caída en los envíos fue del 16%, mientras que en el bimestre siguiente fue del 3%.
Siguiendo con los envíos, la industria también espera que se normalice el mercado venezolano, que en 2008 ocupó el segundo lugar en el ránking con más de 30.000 toneladas. El país vecino volvería a comprar el producto argentino, en el corto plazo, luego de que solucione algunos problemas logísticos en sus puertos.
En tanto, con las exportaciones normalizadas y las compensaciones fluyendo con normalidad, la principal incógnita para las empresas será el abastecimiento del pellet de harina de soja.
Ahora, en lo que respecta a la producción porcina, el mercado internacional no juega un papel tan preponderante como en el anterior caso.
Contrariamente, el mercado interno siempre fue la principal fuente de ingresos de esta industria, pero la gripe A generó una psicosis entre los consumidores que le dieron la espalda a la carne de cerdo por miedo de contagiarse la enfermedad, por más que la OMS aclaró que la carne de cerdo no es conductora de la gripe A.
Juan Luis Uccelli, presidente de la Asociación de Productores Porcinos, detalló: "En las dos últimas semanas las ventas cayeron entre un 15 y un 20%. Esto generó también una baja en el precio que está recibiendo el productor, que hoy está en alrededor de $2,40 + IVA por kg, cuando estaba, hasta hace muy poco, en $3,80 + IVA por kg".
En este contexto, la mayor preocupación hoy para el productor es que no llega a cubrir sus costos de producción, que están en alrededor de $3,50 por kg.
A este cóctel debe sumarse que la industria esperaba para este año un mayor consumo, por lo que realizó inversiones para incrementar la capacidad de faena y el rodeo nacional, al mismo tiempo que concretó más importaciones de carne de cerdo.
"Las importaciones también ejercieron presión en el negocio porque el productor nacional se encontró con poca salida para su producto, y esta situación fue aprovechada por los frigoríficos", explicó Uccelli.
Las perspectivas para el sector ahora están sujetas a que el mercado local vuelva a consumir masivamente el producto sin el fantasma de la gripe A pero Ucelli adelanta que muchos productores están analizando abandonar la actividad y mandar a faena la totalidad de sus animales.
Así es que hoy el negocio de las proteínas animales está a la espera de que el negocio se normalice para crecer y seguir invirtiendo.
