Esta vez no fue la soja sino el maíz la locomotora del alza de las commodities agrícolas. Ayer, el precio del cereal volvió a subir fuertemente tanto en los mercados locales como en la Bolsa de Chicago -la plaza de referencia- y en sólo un mes acumuló incrementos de 32 y 13%, respectivamente. El maíz disponible se cotizó a 475 pesos, y en operaciones de futuro, a 165 dólares por tonelada; la soja disponible lo hizo a 970 pesos y con entrega en mayo, a 303 dólares la tonelada, y el trigo se pagó 570 pesos por tonelada (ver página 9).
La caída de los stocks de maíz en Estados Unidos, la sequía en la Argentina y Brasil, la mayor demanda de todos los granos -especialmente de economías emergentes como China e India- y el vuelco de los fondos de inversión que se pasan de la soja al cereal siguen tironeando de los precios. De hecho, estos valores licuaron el último aumento de las retenciones a las exportaciones, aplicado en noviembre.
Los granos vienen aumentando sus cotizaciones ininterrumpidamente desde hace dos años, pero el viernes pasado, luego de que el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, en sus siglas inglés) confirmó la caída de la producción y los stocks, la tendencia pareció acelerarse. Además, en los principales mercados financieros del mundo crece la certeza de que Estados Unidos -cuya economía representa un tercio del PBI global- entrará en un período de recesión y los inversores buscan refugio en los granos y otras commodities .
A la presión internacional, el maíz argentino -que se cosecha a partir de marzo- suma el pico de demanda doméstica en diciembre y enero, cuando la avicultura requiere más volumen. La Argentina es el segundo exportador mundial de maíz, pero actualmente tiene cerrados los registros de ventas al exterior. Aun así, sin la puja de los exportadores, los precios están sostenidos.
Según un relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ya se completó la siembra del 95% de la superficie esperada. Y a pesar de la expansión del 11,5% en el área sembrada (de 2,87 millones a 3,20 millones de hectáreas), la producción maicera no superaría el récord del ciclo pasado, que llegó a 22,5 millones de toneladas.
Las causas
Por la sequía, "las posibilidades de rendimiento caerían cerca de 10% en la zona núcleo y de 20 al 30% en el anillo periférico", estima esa institución. Sin embargo, para la Asociación Maíz y Sorgo Argentinos (Maizar), la cosecha sería igual o levemente superior al ciclo 2006/07.
Según la consultora Ecolatina, la suerte de las economías exportadoras de materias primas (como la argentina) seguirá atada a China. Por eso, "paradójicamente, en este contexto la poca diversificación de las exportaciones argentinas -la participación de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario pasó de 51% en los primeros 11 meses de 2006 a 57% en el mismo período de 2007- se traduce en importantes beneficios para el país".
