Los precios altos han protagonizado los últimos meses del año, con la
inflación alimentaria superando el 4% y llegando a unos niveles de
“despropósito” durante los meses de octubre y noviembre como reconoció
el número dos del MAPA, Josep Puxeu.
BALANCE 2007. Ha habido moderación y contención en todos los frentes, o
eso dice el Gobierno, que ha defendido a la industria, especialmente a
la distribución por afrontar la subida de las materias primas,
reaccionando de forma inmediata para amortiguar, por ejemplo, la
tendencia alcista de la leche.
Desde el punto de vista de las exportaciones hortofrutícolas estas
alcanzaron la estabilidad, con un ligero incremento en valor aunque una
disminución en el volumen según los últimos datos manejados por la
Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y
Hortalizas (FEPEX).
La preocupación mayoritaria es la pérdida de rentabilidad sufrida en
los últimos años, tanto en la actividad productiva como en la
comercial, con un estancamiento en los precios de exportación, según
explica José María Pozancos, director general de FEPEX, que recuerda
que el precio medio fue en 2007 de 0,79 euros por kilo de frutas y
hortalizas exportado, una cifra idéntica a la de 2003, sin que además
se haya compensado con un mayor volumen vendido en el exterior.
Para paliar esta situación FEPEX trazó durante 2007 un Plan de Acción
para 2008, que tiene como objetivo facilitar la innovación y mantener o
incrementar la rentabilidad, pues el futuro del sector pasa por
“mejorar las estructuras productivas y comerciales con una permanente
inversión”.
Para 2008 quedan pendientes de revisión los acuerdos comerciales con
Marruecos y Egipto. “Nos preocupan porque la facilidad de acceso va en
contra del sector y cualquier apertura debe realizarse de forma que no
perjudique nuestra producción”, expone Pozancos.
Egipto pretende una liberalización completa del comercio agrícola, con
algunas excepciones en alcohol y tabaco, mientras que con Marruecos,
con quien se negocia desde febrero de 2006, el objetivo es profundizar
en la liberalización recíproca de los mercados.
Sin embargo, deben tenerse en cuenta los productos considerados
sensibles y “establecer un nivel de concesiones menor o nulo” para
estos, así como respetar a los productos cuyos calendarios de
exportación coincidan con la producción comunitaria, considerando las
posibles consecuencias negativas económicas y sociales para
determinadas regiones y sectores, algo que según denuncia FEPEX no se
está cumpliendo, pues hasta ahora, la mayoría de las concesiones a los
países mediterráneos se han realizado en el sector hortofrutícola y en
le calendario de producción español.