Marcos Juárez. Como adelantando la primavera, el sol calentó hasta los 19 grados centígrados en la estación experimental donde el Inta Marcos Juárez organizó Fericerdo 2007. Desde hace 20 años se realiza esta muestra que sirve como espacio de encuentro para los porcicultores, y año tras año circulan aquí los indicadores que marcan el termómetro de la actividad.
En esta edición, el manto de calor de la temperatura ambiente reflejaba también el ánimo de los productores, que han dejado atrás una vez más los problemas de rentabilidad y se preparan para una nueva etapa: el reflorecimiento de una producción que busca mejorar los índices con inversión en instalaciones y mejores manejos integrales.
El sistema demostrativo que funciona en la unidad del Inta es a campo, y la mayor parte de sus proyectos apuntan a los pequeños y medianos productores. Son ellos los más sensibles a las crisis de precios, que hasta hace pocos meses tocaron pisos de 2,40-2,45 pesos por kilo en pie. Sin embargo, se acercaron a la muestra en busca de un cambio cualitativo, que les permita de a poco pasar a sistemas confinados de mayor rentabilidad.
Mejor gestión
"Vemos que el productor porcino está haciendo un poco más de gestión y ha tomado conciencia de que el escenario es de globalización y competencia, y para adaptarse tiene que realizar un cambio fundamentalmente en su gestión, en sus registros, en su calidad genética, en sus alimentos, ver el sistema en forma general, pero apuntando a mejorar los índices", explicó a La Voz del Campo el veterinario Jorge Brunori, integrante de la comisión organizadora de Fericerdo.
Bastaba ver a quienes salían del pabellón destinado a las charlas técnicas para confirmar lo que el técnico del Inta graficaba con certeza: la reactivación apuntalada por un precio que se acerca a los tres pesos busca cambiar la eficiencia de los sistemas.
El promedio actual de las granjas a campo con las que trabaja la estación experimental de Marcos Juárez es de 16 a 18 capones por cerda y por año, calculándose dos partos anuales. Pero los especialistas consideran que en un sistema de alta eficiencia se debería llegar al orden de los 10 capones por parto.
Alcanzar esta meta permitiría que la pequeña y mediana empresa porcícola –que representa aproximadamente el 60 ó 70 por ciento del total de las granjas en actividad– pudieran no sólo volver más atractivo su negocio sino también colocar más oferta de carne fresca en el mercado mediante el aumento de la faena y, por consiguiente, colocar en las góndolas una alternativa para la carne vacuna.
Éste es el objetivo que persigue también el Gobierno. El secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, consideró que el aumento registrado en el consumo es la respuesta generada por la campaña masiva de difusión de las bondades de la carne porcina, que la cartera lleva adelante desde hace 60 días.
"Las compensaciones permiten al productor no el beneficio de comprar granos más barato sino que la carne que venda la pueda colocar a un precio acordado para que todos los argentinos puedan acceder de manera igualitaria", argumentó.
Respecto de los problemas que están teniendo fundamentalmente los pequeños productores para acceder a las compensaciones, el funcionario explicó que la cartera maneja fondos públicos y, por tanto, los mecanismos deben ser transparentes, y que se busca ayudar a quienes tienen dificultades para que sea más fácil el camino.
El presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, Juan Uccelli, señaló que la ventaja que tiene el sector es que se ha producido un cambio importante en el hábito de consumo.
Mientras años atrás se registraba un consumo de cuatro kilos de chacinados y dos de carne fresca, hoy la tendencia es inversa. Los cortes frescos son los que predominan en la demanda y son justamente los que no se pueden importar desde Brasil.
La feria por dentro
Un 20 por ciento más de empresas se dieron cita en Fericerdo. Entre los expositores, los que más consultas recibieron fueron los proveedores de equipos para instalaciones.
"He recibido 90 consultas de productores que no conocía, y trabajamos desde hace 11 años en todo el país", dijo el ingeniero Bonavena, responsable de una de las empresas de equipos para automatizaciones.
La tendencia marcaba una intención de encontrar soluciones económicas para problemas tradicionales y, en este aspecto, el expositor destacó que sus mayores ventas consistieron en pisos plásticos para destete (destinados a atenuar la mortandad de los lechones).
El segundo lugar de las consultas lo ocupó el sector de engorde que, al volverse más eficiente, permite tener una ecuación más aceptable en cuanto al insumo más limitante de la producción, el alimento.
Leandro Suárez, veterinario de una empresa proveedora de genética para sistemas confinados y semiintensivos, señaló que en general recibió visitas de productores que poseen entre 50 y 100 madres, con sistemas a campo o mixtos, con intención de llevarlos a confinamiento.
Este año la muestra congregó a más de 4.000 visitantes, según evaluó el Inta Marcos Juárez.
