Sobre una superficie total de 14.000 metros cuadrados, localizada en el parque industrial de la ciudad de Río Cuarto, la empresa Biofarma SA inauguró las nuevas instalaciones de su planta destinada íntegramente a la fabricación de alimentos y concentrados para primeras edades.
En una de la zona productora de granos más importantes del país, se construyó una nave de producción que al total de su capacidad permitirá alcanzar un volumen de cinco mil toneladas mensuales, lo que implica multiplicar casi por cuatro la capacidad actual de la firma. La superficie total cubierta alcanza los 4.200 metros cuadrados.
Con una inversión que llegó a los dos millones de dólares, la nueva planta está lista para consagrarse como la más importante por su tecnología y capacidad de producción en Argentina.
"Cuando nos vimos sobrepasados por la demanda, comenzamos a evaluar diferentes alternativas para instalar nuestro nuevo emprendimiento. Uno de los motivos por los que elegimos Río Cuarto radica en que es la zona productiva de materia prima por excelencia y, en consecuencia, los costos relativos son muy razonables ya que se evita el flete de los insumos macro fundamentales, que son el maíz y harina de soja. Consideramos que Río Cuarto se perfila como la nueva zona productora a nivel país", explicó a La Voz del Campo el ingeniero Marcelo Vilosio, gerente general de Biofarma, en una recorrida por las nuevas instalaciones.
El primer paso
La empresa fue fundada en 1976 por técnicos provenientes de empresas del sector, que se nuclearon para formar un centro de investigación aplicado al desarrollo de productos y servicios para acompañar el crecimiento de la entonces incipiente producción pecuaria intensiva.
Con la actual inversión pretenden seguir apostando al crecimiento que registra el país en el sector avícola (siete al ocho por ciento anual) y el porcino, con un incremento estimado en el 20 por ciento anual.
Además prevén incrementar la participación en Chile, Perú, Uruguay y Paraguay, destinos en los que ya son proveedores.
La expansión hacia Chile es otro de los motivos que los radicó en el sur de Córdoba ya que esta zona, además de ser productora de granos, posee una buena conexión para el transporte hacia el país vecino.
Siguiendo los requerimientos de los mercados interno y externo en cuanto a certificación de calidad y sanidad, el complejo de Río Cuarto será destinado exclusivamente a la producción de alimentos y concentrados especiales para monogástricos.
Esta decisión responde a la nueva disposición del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) que busca aislar las instalaciones que trabajen con proteína animal de las que no estén contaminadas con dicha proteína.
Además, la empresa ha realizado el proceso de certificación de su sistema de gestión de la calidad bajo la norma ISO 9001:2000, y pretende alcanzar la certificación de las normas BPM Y HCCP.
Tecnología de vanguardia.
Recorrer la planta permite tener una visión de las más modernas tecnologías que se aplican en la industria de la alimentación. El predio está dividido en varios edificios, entre los que se destacan las naves de recepción, almacenamiento y selección de materias primas; extrusado y molienda; y producción.
La nave de recepción permite almacenar 50 variedades de materias primas, divididas en no aptas, cuando no han sido analizados por el laboratorio de calidad, y aptas, cuando ya están listas para pasar al extrusado. Además posee una cámara de frío para materias primas más delicadas, como harina de pescado. Cuenta además con una capacidad en silo de mil toneladas.
En la siguiente nave se realiza la extrusión, molienda y micronizado del maíz, con máquinas de comando digital en pantalla que permite procesos de mayor exactitud y mejor calidad.
Desde allí se transporta por caños cilíndricos que conectan una nave a la otra la materia prima por aire hacia la planta de producción. Ésta ocupa una superficie cubierta de 700 metros cuadrados y 18 metros de altura.
La maquinaria que se concentra en este edificio es comandada íntegramente por computadoras que se encuentran en la oficina de comando, donde sólo dos personas son necesarias para monitorear todo el proceso de producción.
Por último, y casi despidiendo el proceso, los productos envasados son transportados a la calle de carga donde hay una capacidad techada para dos camiones trabajando simultáneamente.
"Si el mundo sigue creciendo, la necesidad de alimentos también. En ese marco, países como el nuestro tienen excelentes potencialidades de crecimiento; por eso apostamos fuertemente a esta industria", destacó Vilosio.
