La Cumbre de jefes de Estado de Mercado Común del Sur que se celebra esta semana en Argentina, permitirá constatar los avances del grupo en materia de integración y crecimiento económico. A la cita asisten los países miembros Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y los asociados como Chile, Bolivia, Ecuador y Venezuela
La integración productiva de las pequeñas y medianas empresas, la creación de un fondo de financiamiento y un plan de renovación tecnológica serán los ejes de la XXXV Cumbre del Mercosur que se realizará este lunes y martes en la provincia de Tucumán, en Argentina.
“Esta será la cumbre de la productividad, dijo Eduardo Sigal, subsecretario de Integración Económica de América y Mercosur de la cancillería argentina.
“Esta cumbre reposará sobre tres cuestiones: la creación de un fondo de financiamiento para las pequeñas y medianas empresas, la interconexión productiva de las pyme de los países del bloque y su desarrollo tecnológico, agregó.
El nuevo Fondo Pyme garantizará el acceso a créditos blandos a las pequeñas empresas que no acceden a los préstamos bancarios.
Argentina traspasará el próximo martes a Brasil la presidencia del Mercosur que también integran Uruguay y Paraguay y que tiene a Venezuela en proceso de adhesión sin lograr el cometido que se había propuesto al asumir en diciembre la presidencia temporal del bloque: la redacción de un código aduanero que evite el doble arancel de las mercaderías en tránsito, lo que convertiría al organismo regional en una verdadera zona de libre comercio.
El código está supeditado a la asunción del nuevo gobierno en Paraguay Fernando Lugo será investido en agosto y a las correcciones finales del sistema para intercomunicar las aduanas del bloque, lo que permitiría garantizar la distribución de la renta comercial.
Tampoco habrá definiciones sobre el postergado ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur, que aguarda la aprobación de los parlamentos de Brasil y Paraguay.
Y todavía pendiente quedará la mayor asignatura: la adopción de un sistema de compensación de las asimetrías económicas entre los grandes socios Brasil y Argentina y los más pequeños Uruguay y Paraguay y la persistencia de los incentivos a la producción que aplican algunos países poniendo trabas al comercio interbloque.
En la agenda de la Cumbre también está prevista la firma de acuerdos comerciales con Turquía, Jordania y la Unión Aduanera de África del Sur que integran Sudáfrica, Botswana, Lesotho, Suazilandia y Namibia.
Estos acuerdos, que se suman a tratados similares suscritos en el pasado con otros mercados internacionales como Israel son un nuevo signo de la búsqueda del Mercosur para ampliar al mundo su potencial comercial y se contraponen con los escasos avances en las negociaciones iniciadas en 1999 con la Unión Europea (UE).
Tema vital
Otro aspecto que tendrá la atención en la cumbre de esta semana está relacionada con la crisis alimentaria mundial, y en medio de una carrera desbocada de los precios del petróleo, los países del Mercosur afrontan el reto de aprovechar su potencial para producir alimentos y energías alternativas como los biocombustibles.
El Mercosur cuenta con 120 millones de hectáreas cultivadas, con posibilidad de ampliación en otros 100 millones, y tiene 300 millones de cabezas de ganado, equivalentes al 25% del total mundial, según la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (Farm).
La región genera además el 34% de la exportaciones mundiales de carne de pollo, el 3% de las porcinas y el 10% de las de leche.
Cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apuntan a que en 2030 será necesario incrementar la producción mundial de alimentos en un 50% para atender la demanda alimenticia, y si los países del Mercosur asumen el reto de multiplicar su producción están ante una oportunidad única.
"Es una oportunidad que se abre por lo menos para Brasil, para aumentar su participación en el mercado mundial y vamos a aprovecharla", dijo recientemente el ministro de Agricultura, Reinhold Stephanes, quien ofreció a los demás países de la región la transferencia gratuita de tecnologías para impulsar la producción de alimentos.
Argentina es otro gran productor que podría aprovechar la coyuntura internacional para consolidarse como uno de los "graneros" del mundo si logra superar el conflicto que enfrenta al Gobierno de Cristina Fernández con los agricultores y que, durante más de cien días, ha provocado pérdidas millonarias y un intenso desgaste de la presidenta.
