La vulnerabilidad del sector agrícola de Nueva Zelanda como parte de la crisis del mercado global se hace cada vez más evidente en la industria de carne de cerdo. Las amenazas de la biotecnología y la rentabilidad agrícola han provocado pérdidas para los productores de carne de cerdo de hasta 50 dólares por cerdo, lo que ha derivado en un abandono de la industria por parte de los ganaderos.
El principal problema para esta industria ha sido la subida de los precios de los granos, lo cual representa ya el 70% de los gastos de producción.
Las cifras recientes muestran que la carne de cerdo se ha convertido en la carne más barata de Nueva Zelanda, pero también la menos consumida. La respuesta de la industria ha sido ofrecer carne de cerdo más accesible, mediante una mercadotecnia en la que muestran al cerdo como “el salvador del presupuesto alimentario familiar”.
La carne de cerdo es la carne que más se come en el mundo, sin embargo los neozelandeses sólo comen entre seis y siete kilogramos por año, lo que representa una sexta parte del consumo de pollo, del cual consumen 37 kilos por año, y también detrás de la carne de vaca de la que consumen 33 kilos/años y de la de ovino-caprino con 12-13 kg/año
