La Argentina liberó el ingreso de carne de cerdo y el gobierno de Dilma habilitó las compras de uvas y pasas; sigue la negociación
Tras una nueva e intensa pulseada comercial, la Argentina y Brasil dieron ayer los primeros pasos para normalizar el intercambio de productos entre ambos socios del Mercosur.
Mientras el gobierno argentino restableció la importación de carne de cerdo de Brasil, los brasileños anunciaron que liberarían el ingreso de uvas y pasas de uva de la Argentina.
El acuerdo no incluye las papas prefritas congeladas que la multinacional McCain produce en Balcarce y cuyo ingreso en Brasil se encuentra frenado (ver aparte). Tampoco estarían contempladas, por el momento, 300 toneladas de queso mozzarella cuyas licencias de importación cancelaron las autoridades brasileñas.
Las trabas se levantaron luego de una reunión en Brasilia entre el embajador argentino, Luis María Kreckler, y el ministro de Agricultura brasileño, Jorge Mendes Ribeiro, que se venía quejando enfáticamente de las barreras argentinas a la carne porcina brasileña.
Según el ministro, desde que la Argentina estableció un nuevo régimen a las importaciones, en marzo de este año, las exportaciones de carne de cerdo brasileña se desplomaron un 80 por ciento. En 2011, la Argentina compró en el exterior diferentes productos porcinos por 54.973 toneladas. El 76 por ciento de ese volumen, por un monto de 130 millones de dólares, se lo compró a Brasil.
Lo curioso de este avance es que ninguna de las dos partes quiso mostrarse como que fue la que cedió a las presiones.
«Está regularizada y restablecida la importación de carne de cerdo brasileña por la Argentina.» Con esas palabras, el embajador argentino Kreckler comunicó el fin del embargo argentino a la carne porcina brasileña, según señaló el informe del Ministerio de Agricultura brasileño tras la reunión.
LIBERACIÓN INMEDIATA
«En el marco del encuentro, el ministro Mendes Ribeiro anunció la liberación inmediata de las importaciones de uvas y pasas de uva de origen argentino, como también la decisión de comenzar a trabajar en un acuerdo sobre las condiciones de ingreso en Brasil de importaciones argentinas de cítricos y langostinos», indicó, por su parte, la embajada argentina en un comunicado.
Lo cierto es que el acuerdo se logró después de la reunión que mantuvieron el martes 15 en Brasilia los cancilleres Héctor Timerman, de la Argentina, y Antonio Patriota, de Brasil, y de la que también participaron el secretario de Comercio Interior argentino, Guillermo Moreno, y el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Fernando Pimentel.
La visita se produjo apenas unos días después de que Brasil anunció la entrada de una decena de productos (manzanas, papas, vinos, pasas de uva, aceites, aceitunas, chocolates y harinas de trigo) en el régimen de licencias no automáticas de importación, medida que afectó mucho las exportaciones argentinas.
El gobierno brasileño destacó entonces que esperaba un «gesto» de parte de la Argentina para con la carne porcina brasileña con el fin de comenzar a levantar las barreras impuestas de este lado a productos argentinos, por más que se dijese todo el tiempo que las medidas eran para todo el mundo. Los enviados argentinos, por su lado, insistieron en un mayor acceso al mercado brasileño de medicamentos, cítricos, langostinos y derivados de la uva argentinos.
«Evaluamos lo ocurrido como un cumplimiento del compromiso firmado en la reunión de los cancilleres. Es un gesto de buena voluntad, pero todavía quedan muchos diferendos con la Argentina que deben ser tratados», advirtió a LA NACION la oficina de prensa del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño.
Estos temas serán negociados por funcionarios de ambos gobiernos en la próxima reunión técnica que se realizará el 4 de junio próximo en Buenos Aires, en la Secretaría de Comercio Interior, bajo la atenta supervisión de Moreno.
Según pudo saber LA NACION, Moreno autorizó ayer importaciones de productos porcinos desde Brasil a las firmas argentinas Paladini y Tres Cruces.
De todos modos, según indicó Ider Peretti, un hombre cercano a Moreno y presidente del Consejo Argentino de Productores (CAP), de ahora en adelante las importaciones se regirán por el acuerdo que recientemente firmaron productores e industriales argentinos.
En este sentido, las empresas importarán sólo el 80 por ciento de lo que adquirieron en 2011 en pulpa porcina y tocino, materias primas que utiliza la industria para elaborar productos chacinados. Por otra parte, de acuerdo con ese convenio privado, las firmas no van a importar productos y fiambres ya terminados.
Peretti precisó que las empresas «van a tener que mostrar cuánto exportan para poder importar». De acuerdo con el ruralista, individualmente las compañías no deben superar por mes más de un 10 por ciento de la importación total que podrían ingresar. «Esto es para resguardar a los criadores argentinos», concluyó.
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