Un equipo de investigadores del ICTAER, en Concordia, está utilizando técnicas de genética y biología molecular para mejorar la calidad de la carne porcina en Entre Ríos. El proyecto, que involucra tanto a productores locales como a instituciones educativas, busca impulsar la innovación en la industria alimentaria y ampliar sus beneficios a nivel nacional.
Un equipo de investigación del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Estudios Regionales (ICTAER), perteneciente a CONICET y la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), está desarrollando un ambicioso proyecto para mejorar la calidad de la carne porcina en Argentina. Con sede en Concordia, Entre Ríos, el grupo trabaja en la implementación de técnicas de genética y biología molecular para satisfacer la creciente demanda de los consumidores por productos de mayor calidad.
La investigación no solo se limita al laboratorio; los científicos colaboran estrechamente con productores porcinos del noroeste de Entre Ríos, proporcionando un vínculo directo entre la academia y el sector productivo. Los análisis realizados en los animales permiten que los productores reciban informes detallados sobre la calidad de su producción, facilitando mejoras continuas en los procesos productivos.
Sin embargo, el avance en esta área presenta desafíos significativos. Las técnicas modernas y rápidas para el análisis en laboratorio requieren de infraestructura avanzada y costosa, una inversión necesaria para alcanzar los estándares internacionales de publicación científica. Este esfuerzo es crucial para el reconocimiento y la difusión de los resultados en el ámbito global.
Además del enfoque en la carne porcina, el Laboratorio GENBIO del ICTAER ofrece servicios a terceros, como la detección de alérgenos en alimentos y el análisis de micotoxinas en cereales y alimentos para animales, en colaboración con el Laboratorio de Análisis Físico y Químico de Alimentos (LAFQA) de la Facultad de Ciencias de la Alimentación. Estos servicios no solo fortalecen los lazos con la comunidad productiva, sino que también generan ingresos para la adquisición de insumos necesarios para la investigación.
Desde el ICTAER destacan la importancia de la ciencia básica en el desarrollo de nuevas tecnologías e innovación, especialmente en la industria alimentaria. «Este es solo el comienzo, y aunque actualmente nos enfocamos en Entre Ríos, nuestro objetivo a largo plazo es evaluar si los resultados obtenidos pueden aplicarse a otras regiones del país», afirma la investigadora principal, Lagadari.
La investigación promete abrir nuevas oportunidades para mejorar la producción porcina en Argentina, beneficiando tanto a productores como a consumidores en el futuro cercano.
