Pondrá en marcha un plan de incentivos para producir más cereal y aumentaría las compras fuera del Mercosur
El gobierno brasileño anunció ayer la intención de aumentar la producción de trigo tras el cese de las exportaciones del cereal desde la Argentina. El ministro de Agricultura, Reinhold Stephanes, dijo que "Brasil está produciendo el 40 por ciento de sus necesidades de trigo y pretende en la próxima zafra lanzar un programa de incentivos para volver a producir el 60 por ciento de sus necesidades".
El funcionario explicó que "el precio del trigo aumentó y Brasil produce a precios inferiores a los del mercado internacional". En la última cosecha, Brasil produjo 3,8 millones de toneladas de trigo sobre un consumo de 10,2 millones de toneladas anuales. Cerca del 80% de sus importaciones procedían de la Argentina.
La Asociación Brasileña de la Industria de Trigo (Abitrigo), que reúne a las empresas molineras del país vecino, anunció que pedirá al gobierno que aumente la cuota de importación de trigo proveniente de países extra Mercosur libre de impuestos de un millón a cuatro millones de toneladas. La solicitud fue realizada por las restricciones que impone la Argentina a las exportaciones del cereal.
Pablo Adreani, de AgriPAC Consultores, explicó que los molineros brasileños pretenden cubrir el bache que le deja la Argentina al no cumplir con los embarques por el cierre del registro de exportaciones, cerrado desde noviembre último y recientemente prorrogado hasta el 5 de mayo. "Ni los subsidios norteamericanos y europeos ni el fuerte proteccionismo de los países desarrollados lograron lo que la actual política agropecuaria está logrando: que la Argentina pierda competitividad en los mercados mundiales, ya sea por el aumento de las retenciones [a la exportación] o por el cierre de las exportaciones, como el caso de trigo y maíz. Esta situación da sustento a nuestros compradores a romper acuerdos arancelarios y abastecerse de otros destinos muchos más confiables", señaló el especialista.
Las restricciones al trigo son uno de los principales temas de negociación entre los dirigentes rurales y el Gobierno. Desde hace dos años, por la intervención del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el precio que reciben los productores es menor en US$ 30 por tonelada respecto de las cotizaciones del mercado internacional.
La suspensión de las exportaciones argentinas de trigo también fue cuestionada por José Graziano, director para América latina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Graziano, que dirigió el programa Hambre Cero del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que el fin de las ventas de granos de la Argentina y Vietnam alimenta el clima de "pánico" internacional ante el aumento mundial de los precios de los alimentos.
La suspensión de las importaciones de trigo argentino contribuyó al incremento del 23% de la harina en Brasil en el primer trimestre del año y el 20% del pan, según datos de la Asociación Brasileña de Panificación y Confiterías. Esta organización también pidió al gobierno que incremente la compra del cereal a EE.UU. y Canadá con arancel cero. Brasil ya compró unas 600.000 toneladas desde Canadá.
El gobierno brasileño anunció ayer la intención de aumentar la producción de trigo tras el cese de las exportaciones del cereal desde la Argentina. El ministro de Agricultura, Reinhold Stephanes, dijo que "Brasil está produciendo el 40 por ciento de sus necesidades de trigo y pretende en la próxima zafra lanzar un programa de incentivos para volver a producir el 60 por ciento de sus necesidades".
El funcionario explicó que "el precio del trigo aumentó y Brasil produce a precios inferiores a los del mercado internacional". En la última cosecha, Brasil produjo 3,8 millones de toneladas de trigo sobre un consumo de 10,2 millones de toneladas anuales. Cerca del 80% de sus importaciones procedían de la Argentina.
La Asociación Brasileña de la Industria de Trigo (Abitrigo), que reúne a las empresas molineras del país vecino, anunció que pedirá al gobierno que aumente la cuota de importación de trigo proveniente de países extra Mercosur libre de impuestos de un millón a cuatro millones de toneladas. La solicitud fue realizada por las restricciones que impone la Argentina a las exportaciones del cereal.
Pablo Adreani, de AgriPAC Consultores, explicó que los molineros brasileños pretenden cubrir el bache que le deja la Argentina al no cumplir con los embarques por el cierre del registro de exportaciones, cerrado desde noviembre último y recientemente prorrogado hasta el 5 de mayo. "Ni los subsidios norteamericanos y europeos ni el fuerte proteccionismo de los países desarrollados lograron lo que la actual política agropecuaria está logrando: que la Argentina pierda competitividad en los mercados mundiales, ya sea por el aumento de las retenciones [a la exportación] o por el cierre de las exportaciones, como el caso de trigo y maíz. Esta situación da sustento a nuestros compradores a romper acuerdos arancelarios y abastecerse de otros destinos muchos más confiables", señaló el especialista.
Las restricciones al trigo son uno de los principales temas de negociación entre los dirigentes rurales y el Gobierno. Desde hace dos años, por la intervención del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el precio que reciben los productores es menor en US$ 30 por tonelada respecto de las cotizaciones del mercado internacional.
La suspensión de las exportaciones argentinas de trigo también fue cuestionada por José Graziano, director para América latina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Graziano, que dirigió el programa Hambre Cero del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que el fin de las ventas de granos de la Argentina y Vietnam alimenta el clima de "pánico" internacional ante el aumento mundial de los precios de los alimentos.
La suspensión de las importaciones de trigo argentino contribuyó al incremento del 23% de la harina en Brasil en el primer trimestre del año y el 20% del pan, según datos de la Asociación Brasileña de Panificación y Confiterías. Esta organización también pidió al gobierno que incremente la compra del cereal a EE.UU. y Canadá con arancel cero. Brasil ya compró unas 600.000 toneladas desde Canadá.
