El agro regional aspira a equilibrar la vulnerabilidad de sus sectores más sensibles al aumentar sus aranceles, en momentos en que se negocia un acuerdo con Europa, del que lácteos, porcinos y arroz han pedido ser excluidos.
El sector privado agropecuario de Centroamérica busca estrategias que le permita tener suficiente margen de protección para sus productores e industriales, de cara a la apertura comercial con Europa y futuros tratados de índole comercial.
De momento, los sectores arrocero, lácteo y porcino de la región pidió a sus gobiernos ser excluidos de las negociaciones con la Unión Europea.
Además, las Cámaras y Federaciones de C.A. quieren nivelar los aranceles (impuestos de importación) para el arroz, lácteos, azúcar y porcinos, al máximo consolidado en la Organización Mundial del Comercio (OMC), ente que vigila y regula el libre tránsito comercial en el mundo.
“Lastimosamente, este esfuerzo no ha sido acompañado por los gobiernos. Quieren la Unión Aduanera, pero no resuelven el tema de los productos sensibles”, indicó Francisco Peña, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores de Arroz (ASALBAR).
En el caso de los porcinos, apuntan al máximo arancel de 45%; lácteos busca aumentar su arancel también al máximo que tenga la región; el arroz, que espera conseguir una armonización de 54% (promedio de los cinco países) y el azúcar, que ha estado pujando por conseguir el 55%.
El sector avícola, también sensible para la producción regional, es el único que ha logrado avanzar en este sentido. En noviembre de 2007, los gobiernos de C.A. acordaron que los productos comestibles de aves —en trozos, por ejemplo— lograran aranceles de hasta 164%, y los deshuesados (con máquinas), con uno de 5%.
Actualmente, C.A. está pendiente de armonizar el 6% de sus aranceles, pero la tarea no es fácil, ya que en ese porcentaje, precisamente, se afincan los sectores más sensibles del agro.
Dando y dando
De acuerdo con el Ministerio de Economía, el obstáculo más importante para consumar la armonización es que la OMC obligará a los países a dar concesiones que compensen el incremento de los aranceles, en los casos que sea necesario. “Hemos hecho trabajos técnicos, a nivel de los ministros y con los sectores de analizar cómo podemos hacer esa armonización. La dificultad con la OMC es que cuando uno llega a renegociar, como dice la palabra, algo tiene que dar a cambio”, dijo Johanna Hill, viceministra de Economía. Y pensar en qué ceder se pinta cuesta arriba: “Está difícil que nos pongamos de acuerdo (sobre qué ceder en C.A.) porque ya sería de negociar ante la OMC”, dijo Juan José Arce, presidente de la Asociación Salvadoreña de Porcinocultores (ASPORC).
Por ahora, tampoco los gobiernos tienen un consenso en esa vía. “En el marco de la Unión Aduanera, solo Nicaragua y El Salvador estamos empujando para que los aranceles se armonicen al techo negociado en la OMC”, señaló Mario Salaverría, ministro de Agricultura.
Sin embargo, trabajan en un arancel virtual que implica que el arancel entra en un proceso de desgravación gradual. Comenzando por el país que tiene el arancel más alto, que deberá desgravarlo poco a poco, al segundo más alto, y así hasta llegar a cero.
“Cuando se tiene el arancel que no está armonizado, ¿implica que tenemos que armonizar para poder ofrecérselo a Europa? No. Con Europa presentamos, para ese seis por ciento, lo que llamamos el arancel virtual”, dijo Hill.
Sin embargo, también existe la modalidad de acceso por cuotas, que fija un cupo para importar.
“Si la UE se cierra en que solo quiere cuotas (cupos de entrada a su mercado), Centroamérica no tendría por qué desgravarse”, comentó Julio Arroyo, director de la Asociación Azucarera de El Salvador.
Exclusiones
Además de buscar un arancel más alto, estos sectores, a excepción del azucarero, coinciden en buscar ubicarse en el segmento o canasta F, que los catalogaría como sectores con trato preferencial o inclusive excluirlos de la negociación del acuerdo de asociación con la Unión Europea, que incluye un apartado comercial.
Rigoberto Monge, representante del sector privado en la mesa de negociaciones, sostuvo que “Europa por ejemplo ha dejado alrededor del 6% de su mundo arancelario en (la canasta) F. Nosotros, el 20%”.
De hecho, lácteos, porcinos y arroz han pedido ser excluidos de la negociación comercial con Europa. Mientras, el sector azucarero sigue pendiente de conseguir acceso libre de arancel al mercado europeo, un trato que la UE no ha aceptado antes a otros socios comerciales del bloque.
