El Gobierno finalmente se dio cuenta de que el cierre de las exportaciones del trigo y del maíz iba a terminar siendo un boomerang, como realmente lo fue a partir de la caída en el ingreso de divisas y la menor entrada de dinero vía retenciones. Ahora todo parece indicar que esa toma de conciencia ha llegado, con el convenio que se firmaría la semana que viene entre el Gobierno y los exportadores, para flexibilizar las exportaciones de trigo y de maíz, siempre y cuando no se resienta el abastecimiento.
En estos momentos es muy difícil anticipar si dicho entendimiento podrá tener influencia alcista o bajista sobre los precios, pues cada producto tiene una dinámica de oferta y demanda distinta. Además, el hecho de no contar desde octubre de 2008 con las cifras oficiales de compras, ventas y embarques de la exportación y de la industria, entre otros reportes, hace imposible analizar el mercado.
Sí es más probable y conservador responder con lógica pragmática: "con esta medida estamos mejor que antes", pero esto no quiere decir que los precios serán superiores. Todo dependerá de las fuerzas del mercado; de la puja entre la oferta y la demanda, y de la necesidad puntual de cada uno de los sectores de demanda.
En el caso del trigo estamos viendo que el mercado ha venido consolidando una tónica alcista. Y esto no es otra cosa que el resultado del juego entre la oferta y la demanda, dado que los productores no venden, pues saben que es un bien escaso con potencial de suba de precios. Del otro lado, la demanda (molinos mientras sigan cerradas las exportaciones) necesita mantener su nivel de existencias a un ritmo que pueda compensar por lo menos su molienda mensual.
En estos momentos la industria molinera demanda unas 500.000 toneladas de trigo por mes y para compensar este ritmo de molienda deberían comprar unas 125.000 t por semana, volumen que no se está negociando por estos días. Se concluye, entonces, que por la baja oferta las necesidades de los molinos serán cada día mayores. Y éste es el principal factor alcista para el corto y mediano plazo.
Por Pablo Adreani
Para LA NACION
El autor es director de AgriPac Consultores – www.agripac.com.ar
