El gobierno chino empezará a comprar carne de cerdo congelada para estabilizar el mercado, ante la prolongada caída de los precios que ya está causando pérdidas a los criadores, anunció hoy viernes el regulador oficial de precios del país.
Zhou Wangjun, subjefe del Departamento de Precios de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el máximo órgano de regulación económica del país, dijo que la proporción de precios cerdo-maíz, el principal indicador de la rentabilidad del sector, cayó la semana pasada a 5,99 a 1, "debido a las fluctuaciones cíclicas".
Siendo los precios del maíz un importante componente de la alimentación porcina, una tasa de 6 a 1 representa el punto de equilibrio o el umbral de rentabilidad para los granjeros.
El precio del cerdo, la carne más consumida por los chinos, ha caído durante 11 semanas consecutivas, acumulando una reducción del 13,7 por ciento desde finales de enero, de acuerdo con datos emitidos la semana pasada por el Ministerio de Comercio.
La decisión hace parte de un plan que será dado a conocer próximamente por seis departamentos gubernamentales, entre ellos la citada comisión y el Ministerio de Hacienda, y cuyo objetivo es controlar las fluctuaciones cíclicas de los precios del cerdo, según Zhou.
"El plan tiene la meta de estabilizar las expectativas del mercado y aminorar las fluctuaciones cíclicas del sector a través del aumento de la capacidad de las reservas de cerdo", explicó el funcionario.
Zhou agregó que el programa no sólo protegerá los intereses de los criadores sino que también tendrá en cuenta el poder adquisitivo de las personas de escasos recursos.
El actual exceso de suministro en el mercado podría continuar durante algún tiempo, advirtió, y dijo que los granjeros deberán ajustar la producción con base en las modificaciones de los precios.
En China, los precios de los alimentos constituyen un tercio del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el principal indicador de la inflación, y los precios del cerdo influyen marcadamente en ese cálculo.
En los últimos años, la alta volatilidad de los precios de la carne porcina han dificultado enormemente los esfuerzos de regulación por parte del gobierno. Este alimento fue el principal responsable de que en 2011 el IPC se ubicara en 5,4 por ciento, muy por encima de la meta de 4,0 por ciento fijada por el gobierno a comienzos de año.
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