La peste porcina africana (PPA) ha resurgido en Europa, afectando seriamente a la industria porcina de Alemania e Italia. En Alemania, el Ministerio de Agricultura ha confirmado dos nuevos casos en granjas de cerdos domésticos en el distrito de Groß-Gerau, en Hesse, una región que ya había enfrentado brotes el mes pasado. Mientras tanto, Italia ha reportado su primer caso en la Toscana, detectado en un jabalí en la provincia de Massa Carrara.
En Hesse, Alemania, las granjas afectadas albergan entre 17 y 170 cerdos. Las autoridades han ordenado el sacrificio de estos animales como medida de control. Las granjas están ubicadas en las áreas de Knoblochsaue y Kühkopf, que presentan una alta carga viral. Para mitigar la propagación, el gobierno ha implementado un estricto monitoreo diario del ganado en toda la región y ha intensificado el uso de cercas eléctricas, drones y perros especializados para detectar animales infectados. Hasta ahora, se han encontrado 43 cadáveres de jabalíes positivos.
En Italia, el jabalí infectado fue encontrado en una zona de vigilancia máxima en Toscana. Las autoridades locales, en coordinación con el Ministerio de Sanidad y el Comisario extraordinario para la peste porcina, han activado planes de vigilancia y control para contener el virus. Coldiretti, una importante organización agrícola italiana, ha manifestado su preocupación por el impacto en la cadena de suministro porcina y ha instado a tomar medidas preventivas adicionales, incluyendo el sacrificio de animales en riesgo.
La situación en Alemania es particularmente preocupante debido a la concentración regional de los brotes y la alta carga viral anticipada por la misión veterinaria de la UE. Las autoridades han logrado evitar la propagación del virus a regiones vecinas, pero han impuesto restricciones estrictas, incluyendo la prohibición de salir de los caminos en áreas afectadas y la implementación de medidas de bioseguridad en la agricultura.
