El mercado porcino internacional enfrenta un panorama complejo en 2024, marcado por un descenso en la producción global y un repunte de precios, especialmente en la Unión Europea. Factores como la disminución del stock de cerdas y el aumento de los costos de alimentación han sido determinantes en esta tendencia.
Europa
En la Unión Europea, la producción de carne de cerdo ha disminuido un 5% en el primer semestre del año. Países como Alemania, Francia y Dinamarca han experimentado descensos significativos debido a la reducción del stock de cerdas, una tendencia que refleja las dificultades económicas y regulatorias del sector. Este retroceso en la oferta ha impulsado un aumento del 20% en los precios de la carne de cerdo en comparación con el año anterior, alcanzando niveles no vistos desde la crisis de 2018.
China y su Impacto en el Mercado Global
China, el mayor consumidor de carne de cerdo del mundo, ha visto una estabilización en su producción tras los estragos causados por la peste porcina africana en años anteriores. Sin embargo, la demanda interna sigue siendo alta, impulsando las importaciones y contribuyendo a la presión sobre los precios internacionales. La reapertura económica post-pandemia ha aumentado la demanda de productos cárnicos, aunque persisten desafíos logísticos que afectan el flujo comercial.
Estados Unidos y el Desafío de los Costos
En Estados Unidos, el mercado porcino también enfrenta desafíos significativos. A pesar de un ligero aumento en la producción, los productores lidian con el alza en los costos de alimentación y energía, factores que han erosionado los márgenes de ganancia. Los precios del cerdo han subido, pero no al mismo ritmo que los costos, lo que genera preocupaciones sobre la sostenibilidad del crecimiento en este sector.
A nivel global, se espera que los precios de la carne de cerdo se mantengan altos en lo que resta del año, impulsados por la escasez de oferta en Europa y la continua demanda asiática. Los expertos del sector sugieren que la clave para mitigar estos desafíos radica en mejorar la eficiencia productiva y en la adopción de tecnologías que optimicen el uso de recursos. Además, las políticas gubernamentales en apoyo a la sostenibilidad y la innovación serán cruciales para asegurar la estabilidad y el crecimiento del mercado porcino a largo plazo.
