Francia ha redoblado sus esfuerzos para evitar que la Peste Porcina Africana (PPA), una enfermedad que amenaza gravemente a la industria porcina, cruce sus fronteras. La propagación del virus en países cercanos como Alemania e Italia ha puesto a las autoridades francesas en alerta máxima. A pesar de no haber registrado casos en su territorio, Francia se encuentra en una situación vulnerable debido a su proximidad con estas naciones afectadas.
Ante este panorama, el Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria ha implementado un plan de acción que refuerza la vigilancia sanitaria, especialmente en las zonas fronterizas con Alemania, en los departamentos de Bajo Rin y Mosela. El objetivo es frenar cualquier brote en la fauna silvestre y proteger a los cerdos domésticos de una posible catástrofe sanitaria.
Desde enero de 2022, Francia ha venido aplicando una estricta política de control en las regiones colindantes con Italia, una estrategia que ha resultado clave para evitar la entrada del virus. Ahora, la atención se centra en los departamentos del noreste, donde los jabalíes son el foco de vigilancia. Estos animales pueden actuar como vectores del virus, cruzando fronteras y transmitiendo la enfermedad a través de sus desplazamientos.
El ministerio ha aumentado el número de agentes dedicados a la recolección y análisis de cadáveres de jabalíes en estas zonas críticas. La colaboración con asociaciones de cazadores es otro pilar de la estrategia, ya que la regulación de la población de estos animales es esencial para reducir el riesgo de contagio.
Para prevenir la llegada del virus, en julio de 2023 el Ministerio lanzó una campaña de sensibilización dirigida a grupos clave como transportistas, viajeros internacionales, cazadores y temporeros expatriados. Esta campaña, que se prolongará hasta noviembre, tiene como propósito advertir sobre los riesgos que representa el abandono de alimentos contaminados en espacios naturales, una de las vías por las que los jabalíes podrían infectarse.
