Los criadores aseguran que la continuidad de sus negocios está en peligro
víctima. El ganadero Antonio Murillo en su granja de cerdos, donde ha sufrido varios robos de ganado.
Las granjas valencianas, y de forma muy especial las que se encuentran radicadas en las comarcas de Camp de Túria y los Serranos, están sufriendo durante este verano una oleada de robos de ganado de tal magnitud que incluso está poniendo en jaque la continuidad de muchos negocios, según denunció ayer el el presidente de la Federación de Agrupaciones de Defensa Sanitaria del Ganado Porcino de la Comunitat Valenciana (Faporcv), Jesús Garzón. La actividad de las explotaciones ganadera que son víctimas de estos hurtos se encuentra amenazada porque los empresarios que son propietarios del pienso y los animales ya han advertido a los granjeros que si el problema no se resuelve desplazarán el negocio a otras zonas ganaderas de España.
La ganadería valenciana funciona bajo el llamado régimen de integración mediente el cual un empresario integrador cede una serie de animales y el pienso para alimentarlos a un ganadero, que es quien se encarga de su cría y engorde. Los robos de ganado que se están sucediendo en las granjas valenciana ponen en peligro esa relación. «Los empresarios -explica Garzón- ya nos han dicho que tendremos que asumir nosotros el coste de los animales muertos y robados y que si la situación vuelve a repetirse dejarán de trabajar con nosotros, se marcharán a otras comunidades más seguras» .
El modus operandi de los ladrones de ganado, que según el presidente de Faporcv «actúan como una mafia perfectamente organizada» , resulta particularmente siniestro. Los cuatreros asaltan las instalaciones ganaderas por la noche y sacrifican allí mismo a los animales de mayor tamaño que encuentran, los descuartizan y escapan con el botín para venderlo posteriormente en el mercado negro. Según los cálculos de Garzón, cada mes se producen entre siete y ocho robos y en cada uno de esos asaltos se cobran tres o cuatro víctimas. El ganado porcino, por ser el más común en la zona, es el más castigado, pero los corderos tampoco escapan a esta forma de rapiña.
La preocupación de los ganaderos es tal que Faporcv ha remitido un escrito a la consellera de Agricultura, Maritina Hernández, en el que expone su problema, advierte que la oleada de robos «amenaza muchos puestos de trabajo» y reclama que se adopten medidas especiales de vigilancia para poner remedio a esta situación.
El problema de los robos en las granjas no es nuevo en las comarcas mencionadas, pero este año se ha disparado hasta extremos que los granjeros consideran insostenibles. Garzón recordó que hace unos años ya se puso en marcha un dispositivo específico de seguridad que sirvió para reducir de forma significativa los hurtos.
