El rol de la Nutrición en los Estados Patológicos

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escrito por Redacción Infopork

Es mas que conocido el impacto que posee la nutrición en el costo final de la producción porcina, estimando siempre un número cercano al 70% del mismo.



Sin una correcta nutrición es imposible desarrollar el potencial genético de nuestros animales, al mismo tiempo que sin una situación sanitaria controlada seremos capaces de que nuestros programas de alimentación sean todo lo eficiente que esperamos de ellos. Dicho de otra forma cuanto mejor sea la sanidad de la granja, mas rentable será la nutrición,  y cuanto mas adaptemos los alimentos a la sanidad de la granja, mejor será nuestro costo de producción.  Cabe destacar que también debemos adaptar en forma precisa la nutrición a las necesidades reales de nuestros cerdos según su genética y calidad de producto final buscado.



De esta forma se observa como nutrición y sanidad están íntimamente ligados. Muchos de los problemas que vemos en nuestras granjas son la consecuencia de etiologías sanitarias y nutricionales conjuntas. En ocasiones la percepción y la realidad de dichos problemas se diluyen por una escasa comunicación entre productor, encargado de la explotación y nutricionista o asesor.



La relación costo beneficio de una buena información bien presentada y tratada, es mucho mayor que cualquier medicación y sin duda la combinación de un buen diagnostico sanitario, con una nutrición adaptada y un programo terapéutico preventivo y discutido nos ahorraran grandes perdidas económicas.



Si bien desde hace ya tiempo se conocen las correlaciones de los procesos infecciosos con las repercusiones económicas negativas que se manifiestan  a través de las disminuciones de los parámetros productivos como: ganancia de peso, conversión, decomisos, gastos terapéuticos, morbi y mortalidad. Es mucho mas reciente el descubrimiento de complejas interacciones entre el sistema inmune y los mecanismos fisiológicos del sistema nervioso central, endocrino y cardiovascular.



Sin duda estos cambios fisiológicos modifican en gran medida las necesidades metabólicas de los cerdos, tanto para mantenimiento como para producción. En condiciones practicas sabemos que animales con complejo respiratorio porcino tienen un incremento diario en su mantenimiento de 1/ 1,6,  lo que determina que parte de los nutrientes ingeridos por los animales se desvían para cubrir estas necesidades de mantenimiento y por lo tanto no se depositan en forma de tejido en el cerdo, impactando directamente sobre el costo del kilogramo producido.



Conocemos  también que la respuesta metabólica del organismo a una agresión patógena presenta dos categorías: 



A) Inespecífica o inmediata (respuesta de fase aguda), mediada por lizocimas, macrófagos, neutrófilos y hormonas inmuno reguladoras.



B) Especificas a través de mediadores proteicos llamados citoquinas (interleukinas y factores del crecimiento), que terminan activando componentes humorales y celulares.



Así un sistema inmune activado o en alerta afecta en forma adversa los rendimientos productivos del animal como consecuencia de la elevación de la tasa metabólica basal, con incremento de catabolismo muscular (proteolisis), gluconeogenesis, aumento de síntesis hepática de proteínas de la fase aguda, aumento de la excreción de nitrógeno e inhibición de síntesis de hormonas anabólicas. 

Es así como  se puede observar haciendo un resumen de la bibliografía y trabajos científicos que hablan del impacto de la patología en la producción como se afectan las diferentes categorías:



Reproductoras: hasta un 30% de reducción de consumo y producción lechera, aumento de descartes, trastornos locomotores y elevación de la mortalidad (>50%)



Lechones: reducción de la ganancia media diaria de u 3 a un 35%, aumento del índice de conversión entre un 6 y un 25% y aumento de la tasa de mortalidad (>50%)



Engorde: reducción de la ganancia media diaria y empeoramiento de la conversión entre un 5 y un 24%. además se observa un aumento de necesidad energética de hasta un 30% mayor y una reducción de la retención proteica del 90 %.



Entonces podemos decir que no solo se verán afectadas las necesidades nutricionales de forma lineal según la caída del consumo, sino que además se observara una partición de nutrientes. La actividad inmunológica reduce la capacidad de deposición proteica, de modo que la exigencia de aminoácidos también varia con esta. Para el caso de la lisina por ejemplo, se conoce que hay una relación cuadrática inversa donde los animales con sistemas inmunes poco activos responden mejor a la suplementación de este aminoácido que aquellos con sistema inmune activo, no por mejor eficiencia en la mayor eficacia de su utilización, sino porque hay mejor deposición de proteica en el organismo.

Como primera conclusión importante podemos decir que animales con sistemas inmunes activos o que posean estrés inmunitario, necesitaran mayores niveles de determinados nutrientes (aminoácidos , fósforo, niacina, acido fólico, riboflavina y vitamina b12 entre otros).

A raíz de lo visto anteriormente se desprende que muchas veces las recomendaciones dietéticas generales y programas nutricionales, pueden no ser los óptimos para una granja en determinada circunstancia inmunitaria. de tal forma que la interacción patología nutrición es esencial  a la hora de pensar un plan nutricional adecuado.



Dentro de estos programas nutricionales a diseñar en granjas ante estas contingencias, debemos pensar en las sinergias positivas entre alimentación y sanidad. Para esto es importante trabajar en función de estos tres tópicos:



1) Aumentar la capacidad de respuesta: en las crisis patológicas o los momentos de mayor demanda energética el análisis, cuidado y suplementación de las fuentes energéticas, es una opción valida. esta podría llevarse a cabo mediante el uso de antioxidantes y ácidos grasos omega 3.



2) Prevención de enfermedades: todos los recaudos y cuidados que puedan llevarse a cabo son sumamente necesarios, como por ejemplo la ausencia de factores antinutricionales y sustancias indeseables, minimizar contaminación microbiana de los alimentos y el agua, adecuada presentación física y tamaño de partícula del alimento, reducción de polisacáridos no estructurales y uso de acidificantes, enzimas y ácidos grasos de cadena media.



3) Aumentar la resistencia a enfermedades: mananooligosacaridos (mos), inmunomoduladores, proteínas de plasma, harinas de huevo con inmunoglobulinas,  minerales orgánicos, probióticos, simbióticos y aceites esenciales.  



Entender estas interacciones y evaluar las mejores opciones de acuerdo al momento de granja seguramente ayudaran a mejorar la rentabilidad y equilibrio del negocio.



Fuentes: 



AV. Tecnos. porc. vi  –  Dr. Antonio Palomo Yague                     



Aflatoxinas – detección, medida y control – Torres  Pacheco 



Patología de la nutrición – Albeitar – Enric Marco

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