El asunto llegó a los tribunales debido a una acción legal de 2 grupos de bienestar animal, SAFE y la Asociación de Derecho Animal de Nueva Zelanda, en junio. Afirmaron que el uso de jaulas de parto y de apareamiento no estaría de acuerdo con la Ley de Bienestar Animal del país. La primera edición de esa ley gira en torno a las conocidas Cinco Libertades, una de ellas que incluye la oportunidad de mostrar patrones normales de comportamiento.
La Ley de Bienestar Animal de Nueva Zelanda estableció que un establo se puede utilizar con fines de apareamiento durante un máximo de una semana. No obstante, el uso de jaulas de maternidad siguió estando permitido en la práctica por considerarse una situación de «circunstancias excepcionales». En 2015, el parlamento de Nueva Zelanda indicó que prefería eliminar gradualmente los puestos, pero la práctica continuó.
Considerando nuevas regulaciones que eliminen paulatinamente las jaulas parideras
A principios de noviembre, la magistrada del tribunal superior, Helen Cull, dijo que el ministro de agricultura, Damien O’Connor, debe considerar nuevas regulaciones que eliminen gradualmente el uso de parideras y cubículos de apareamiento y mejorar los estándares mínimos.
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En una noticia para el principal medio de comunicación Stuff, el director ejecutivo de New Zealand Pork, David Bains, comentó: “Estamos decepcionados con esta decisión y estamos evaluando nuestras opciones. […] Nuestro sector sigue prácticas de bienestar animal líderes en el mundo. Los sistemas de parto o parto son esencialmente salas de maternidad para cerdas. Contribuyen a la supervivencia de tantos lechones sanos y bien desarrollados como sea posible, al tiempo que satisfacen las necesidades de la cerda”.
Continuó diciendo: «En todo el mundo, las parideras son el sistema más común utilizado para albergar cerdas y lechones hasta que los lechones son destetados».