Las intensas lluvias que afectaron la semana pasada el Medio Oeste de los Estados Unidos provocaron inundaciones en las principales zonas productoras de granos del país y la pérdida de casi medio millón de hectáreas solamente en Iowa, su principal estado maicero. En la Bolsa de Chicago, el centro financiero del mundo agrícola, los precios del maíz aumentaron a sus niveles más altos tras las inundaciones de 1993, las peores en la historia de los Estados Unidos.
La esperada caída de la producción de maíz en EE.UU. repercute en el sector de los agrocombustibles, en la actividad ganadera, dada su importancia para la alimentación animal, y en la comida cotidiana de las personas. Entre las consecuencias palpables, el alto precio del maíz ya ha hecho que algunos grandes productores de etanol recorten sus planes de expansión, mientras que los ganaderos probablemente reducirán mediante matanza selectiva sus rodeos y piaras si siguen subiendo los precios de la ración.
Así, la alegría por los altos precios de los granos, manifestada por los productores de zonas como Minnesota, que hasta ahora han escapado al daño ocurrido más al Sur, contrasta con los padecimientos de los productores de bovinos, porcinos y pollos.
En su último informe mensual, difundido el 10 del actual, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estimó la cosecha 2008/2009 de maíz estadounidense en 298,08 millones de toneladas, por debajo de su proyección de mayo, de 307,99 millones y de los 332,09 de la campaña 2007/2008.
