Los productores de cerdos requieren hoy de un 200 por ciento más de capital de trabajo que el año pasado para criar los animales y ponerlos en condición para su venta.
El costo de producción de un kilo de cerdo en granja está en 71.62 pesos y se vende a 65 arrojando una pérdida de 6.66 pesos por kilo para los productores, cuando lo ideal sería 80.20 como precio para el consumidor. De 74 mil cerdos que se producían cada mes el año pasado, ahora se redujo a 64 mil.
“La mayoría de los productores tienen crédito en las diferentes cooperativas y asociaciones que producen alimentos pero esas instituciones no pueden aumentarles el crédito”, sostiene Miguel Olivo, presidente de la Federación Comisión Porcina Nacional.
Olivo considera que para finales de este año y principios del próximo habrá una reducción drástica en la producción de cerdos en el país.
Dice que muchos de los grupos importadores de materia prima para la producción no tienen el crédito internacional por lo que no se lo pueden otorgar a sus asociados. Explica que la producción de cerdos en el país ha logrado muchos avances y hoy se cría un cerdo “magro” con un bajo nivel de grasa intramuscular.
Olivo dijo que los cerdos de alta genética están dando de un 78 a un 80 por ciento de rendimiento en carne.
“A nosotros nos dijeron que debíamos ser eficientes por el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y para ser competitivos nos embarcamos en mejorar instalaciones, ahora tenemos que reducir la producción porque el pueblo ha bajado el consumo”, puntualizó.
El porcicultor sugiere que en lugar de colocar subsidios al gasoil el gobierno debería reducir parte de los impuestos y fijar una tarifa a la energía eléctrica baja al sector agropecuario, algo que califica de insignificante si se compara con la asistencia que brindan gobiernos de otros países a los productores.
Señala varios gobiernos han anunciado la erradicación de la peste porcina clásica mediante la aplicación de programas que no han tenido éxito quedándose en publicidad.
Entiende que el programa no será efectivo hasta que no salga de la Secretaría de Estado de Agricultura y se forme una comisión de erradicación donde estén representado el Estado y los productores. “Hay intereses económicos en contra, si erradicamos la peste porcina no habría que vacunar, ese es un ejemplo”, dijo.
