La producción porcina en rojo

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escrito por Germán Piquer

Por primera vez en la historia de la producción porcina de Argentina, se reunieron el pasado jueves todas las entidades vinculadas a esta actividad para participar, en conjunto, de un encuentro que mantuvieron con representantes del Ministerio de Agroindustria de la Nación.

Entre ellas se citaron la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (CAICHA); Unión Industria Cárnica Argentina (UNICA); Asociación de Productores Porcinos de la Provincia de Buenos Aires (APROPORBA); Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (CAPPER); Asociación de Productores Porcinos de la Provincia de Santa Fe (APPORSAFE); Cámara de Productores Porcinos de Córdoba (CAPPCOR); Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO); Federación Agraria Argentina (FAA), Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME); Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); y el Mercado Concentrador Porcino de Córdoba (PORMAG).

El motivo de la reunión fue plantear la difícil situación que atraviesa este sector, jaqueado principalmente por dos medidas, en primer lugar la apertura de las importaciones, y en segundo la devaluación de la moneda. Según explicó uno de los participantes de la reunión, Carlos Trossero, Presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (CAPPER), la devaluación de la moneda produjo que se incrementaran los principales insumos de esta actividad: alimentación, sanidad y reproducción.

Tanto el material sanitario como el reproductivo tienen componentes importados, que se encarecieron con la actualización del dólar. Respecto de la nutrición que representa el 70% del costo total en una granja de porcinos, el maíz tuvo un aumento por devaluación, por quita de retenciones, y por la distorsión en el mercado local que ronda entre el 24 o 30% por arriba del precio de Chicago. Según comentó el directivo esta distorsión antes era para abajo y perjudicaba al productor de maíz, y ahora es para arriba y afecta al consumidor.

Mientras que estos aumentos fueron constantes desde diciembre, el precio del cerdo en pié no tuvo un incremento proporcional. El aumento del precio de la carne bovina de abril a abril al consumidor fue de aproximadamente un 50%, el de pollo un 45%, y el de cerdo de un 21%. Estiman que este escaso aumento en el precio de la carne de cerdo se dio por el deterioro del salario que hizo caer el consumo, y por el ingreso de carne del exterior a partir de la liberación de las importaciones.

En el primer trimestre del año las importaciones crecieron un 100% respecto del año anterior, en función de que el volumen de producción de carne en Argentina viene creciendo a ritmo constante, el ingreso de este volumen de carne al mercado interno generó un sobrante de stock.

Desde el 2005 al 2015, la producción porcina en Argentina registró un crecimiento exponencial, motivado por varios factores, entre ellos, el precio del maíz y el precio de venta de la carne fresca. El año pasado se estimó un margen de rentabilidad aproximadamente del 20%.

Traducido a números, según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, en 2005 la faena era de 2.470.124, y en 2015 llegó a las 5.523.715, es decir registró un incremento del 124%. La producción en 2005 era de 215.496, mientras que el 2015 llegó a las 483.437, un incremento del 124 %. El consumo por su parte era en 2005 de 6,22 kg por persona, y en 2015 llegó a los 12 kilogramos, es decir se incrementó un 82%. Este año se evaluó que con los costos de producción una granja de 200 madres iba a perder en el año 1 millón de pesos (la estimación se hizo en febrero con el maíz a $2300, ahora el maíz alcanzó los $2800).

Frente a este panorama la situación es difícil para todos los productores, pero con variaciones según algunos parámetros, como eficiencia productiva, distancia al puerto y a las zonas productoras de maíz. Un productor del norte cordobés paga el precio del maíz campo menos flete ($450/$500), mientras que un productor de Entre Ríos paga el precio de pizarra más flete. Estas diferencias hacen que algunos productores puedan mantenerse con mínimas rentabilidad, mientras que otros ya estén dejando de inseminar, o vendiendo reproductores.

En este marco se solicitó al ministerio que ponga un freno a las importaciones para que se pueda colocar la producción nacional a buen precio, y además evitar el riesgo

sanitario que implica traer carne de países que no son libres de enfermedades como PIRRS.

Además pidieron subsidios para los pequeños productores que están trabajando actualmente a pérdida, y no tienen otras explotaciones de donde transferir recursos. Desde el Ministerio se expresó la fuerte voluntad de trabajar en conjunto con este sector que consideran importante, y forma parte del mapeo productivo que han trazado en esta nueva gestión, para lo cual se comprometieron a analizarán acciones a realizar.

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